-Siempre
fuiste un imbécil. No un extremista, no un radical...simplemente un
imbécil. Desde chico hacías estupideces. Algunos de nuestros
hermanos pensaban que era una cuestión de narcisismo. Todavía lo
piensan. Yo nunca creí eso. Eres tan idiota que ni siquiera tienes
el afán de destacarte individualmente.
“
¿Querer ser el preferido de
nuestro Padre? Tampoco lo creí nunca. Nuestro Padre deseaba ser el
preferido de su Padre... y es el Príncipe de la astucia. No un
idiota como tú. Él siempre obró con inteligencia, sutilmente, como
muchos de nosotros intentamos hacerlo. Millones lo sirven sin estar
siquiera enterados ¡Es el Príncipe de este mundo!
“
¿Cómo crees que se logra eso?
¿Descuartizando seis adolescentes para luego beberte la sangre?
¿Tatuándote una cruz invertida en la frente? Así te conviertes en
un pobre infeliz que pasará el resto de sus días pasando de una
prisión a un neuropsiquiátrico y viceversa.
“
En fin, de nada vale llorar sobre
la leche derramada. Haz algo útil y firma los derechos.
El
hombre con la cruz invertida en la frente agachó la cabeza y firmó
los papeles en medio de la fría y gris celda a la que estaba
confinado.
La
serie sobre su vida comenzaría a rodarse en unos meses. Muchas
estrellas deseaban el protagónico.
-
Hermano, estúpido y leal hermano. No se trata de asustarlos, mucho
menos de asesinarlos. De lo que se trata es de entretenerlos y de
darles que ellos creen que quieren.
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