José Antonio Gómez Di Vincenzo
Gramsci finaliza las críticas al Ensayo Popular de Bujarin tratando tres temas para nada menores: el del paso de la cantidad y a la cualidad, el de la teleología y el tratamiento sobre el arte en el manual. A continuación, veremos una reseña del tratamiento que el marxista italiano da a dichas custiones.
En relación al problema del paso de la cantidad a la cualidad, la distancia que existe entre el conjunto de individuos y el todo social, Gramsci va a decir que en el manual la cuestión se insinúa mediante la apelación a proposiciones o fórmulas tales como “que toda sociedad es algo más que la simple suma de sus componentes individuales” cosa que es cierta pero que merece ser explicada. (p. 58) Cuando se dan ejemplos empíricos se cae en una suerte de confusión barroca. Se dice, por ejemplo, que diez individuos constituyen una decena o que cien vacas juntas, un rebaño. Gramsci sostiene que de este modo un complejo problema se convierte en una simple cuestión de palabras. Por cierto, cabe agregar que no se está actuando dialécticamente sino mediante el uso de una lógica formal, definiendo conjuntos por extensión o comprensión.
Como quiera que sea, Gramsci va a sostener que la explicación teórico-práctica más concreta del problema se encuentra en el primer volumen de El Capital. Allí, Marx demuestra que en la producción fabril existe un plus que no se puede atribuir al trabajador individual sino al hombre como ser social. La sociedad se basa “en división del trabajo y en las funciones y, por consiguiente, vale más que la suma de sus componentes”. (p. 58)
En el texto de Bujarin, la ley hegeliana del paso de la cantidad a la cualidad es uno de los temas que no se desarrollan en profundidad contentándose el autor con el empleo de ejemplos mecánicos propios de las ciencias naturales. En la filosofía de la praxis, a diferencia de lo que ocurre en las ciencias naturales donde las leyes que explican los fenómenos se abstraen de la naturaleza metafóricamente (en el sentido que se plasman como modelos explicativos introducidos por el científico sin la pretensión de que dichas leyes estén en la realidad), la cualidad siempre está vinculada con la cantidad. Es de notar que el idealismo hegeliano lo que hace es reconocer este algo más, la cualidad, hipostasiándola en un ente en sí mismo, el espíritu absoluto del mismo modo que la religión lo había hecho con la divinidad. El materialismo vulgar, aún pretendiendo diferenciarse de sus oponentes idealistas incurre en el mismo tipo de errores, hipostasiando o divinizando las leyes que los mismos científicos producen. (Para seguir leyendo clickear ... aquí)
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