Agora a diario
repudia lo dicho por el Ministro de Educación y Deportes Esteban Burllich :
“Esta es la nueva
campaña del desierto, pero no con la espada, sino con la educación”
Dijo
el Ministro en Choele-Choel, provincia de Rio Negro
Asumiendo por nuestra parte primero: que la
idea de desierto es un concepto de clase y eurocentrica, tomada de los
conquistadores europeos para referirse a los pueblos árabes que efectivamente vivían en el desierto.
Segundo: la llamada “campaña” fue un
genocidio y si se quiere reubicar el concepto de “desierto”, se puede,
reconociendo antes como desertificación el exterminio de pueblos originarios y
el drástico deterioro del ecosistema, ocasionando por la profusa producción
ovina destinada a la exportación de lanas, después de la distribución de tierras
a familias de la oligarquía que se beneficiaron en esa acumulación originaria. Burllich
Ocampo es descendiente de los mismos.
Tercero: Consideramos los dichos del
Ministro, como parte de un discurso negacionista precedido por la discusión
sobre el número de desaparecidos lanzada por Darío Loperfido antes, y
ratificada por el mismo presidente Mauricio Macri tiempo después.
Arriesgamos a modo de interpretación que si
bien es nítida la diferencia en los medios utilizados para producir cambios
radicales en la economía y en la cultura de nuestro país por la derecha que nos
gobierna, pues otrora hubiese sido necesario un gobierno de facto, los fines
perseguidos al comunicar una “campaña del desierto” hecha con “la educación” no
pueden ser otros que los mismos alcanzados por “la espada” : El sometimiento de las clases populares y la
flagrante restitución de privilegios a las clases dominantes.
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