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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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domingo, 18 de septiembre de 2016

El CCK y la reunión de los empresarios: ¿Provocación o destitución de símbolos?

opinión. Agora...a diario 18/09/2016





 Leandro Pena
Un 21 de mayo del año 2015 la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró un centro cultural que llevó el apellido de su marido quedando como nombre centro cultural Kirchner. En el discurso inaugural Cristina señaló que era necesario re significar el apodado la jaula que tuvo el antiguo correo hoy convertido en centro cultural. La mandataria había dicho: “Yo quiero cambiarle el nombre: la jaula no me gusta; quiero que se llame la colmena, porque es el aspecto que tiene. Son las pequeñas celdas de una colmena, de miles de abejas que trabajan por la cultura”. Había dicho entonces la presidenta. Todo una significación, abejas que comunitariamente trabajan.

El centro cultural Kirchner ha sido en términos simbólicos: la inauguración de un espacio  para que  artistas y diversos estamentos de la cultura y organismos de derechos humanos puedan encontrar un ámbito de reflexión creación y expresión autóctonos. Han pasado allí diversos personajes de nuestra cultura desde Leon Gieco, Liliana Herrero, hasta las figuras tradicionales del Rock Nacional, y otros diversos como el Coro Polifónico Nacional, la Orquesta Sinfónica de La Plata y la Orquesta Sinfónica de Salta. También hubieron innumerables muestras y exposiciones de literatura por mencionar algunas de las actividades que nutrieron el  espacio; mostrando que el discurso inaugural de la entonces presidenta no eran  solo en palabras sino en hechos concretos y efectivos ajenos  a una posición elitista de la expresión cultural.

Este ámbito cultural inclusivo que nos permita pensar y repensarnos como sujetos con nuestra historia y también con nuestras posibilidades. Además, la juventud ha sido protagonista de este lugar cultural como parte del sello que caracterizó al kirchnerismo durante los doce años de gobierno. Muestra de ello es el lugar de la juventud en sus reclamos por los derechos humanos a través de las abuelas y los H.I.J.O.S, que buscaron sus  raíces para reconstruir su propia identidad subjetiva como así también dar causa a nuestro ADN nacional. Este protagonismo se ha podido observar en la direccionalidad de los discursos de la presidenta, como así, en la elección de sus ministros. Toda a una apuesta a una generación nueva y al futuro de un país.

En definitiva, el centro cultural Kirchner no es ni mas ni menos que un ámbito de apuesta a al pensamiento y a la creatividad fundamentado en la idea de que la cultura es para todos. Algo que el mismo Néstor Kirchner supo poner en práctica cuando en cada acto patrio conmemorativo diversos artistas de nuestra propia historia cultural y latinoamericana se hacían presentes o cuando organizaba recitales en la casa Rosada para este mismo. Reconocimiento a quien fue un símbolo de la inclusión, el progreso y la apertura cultural igualitaria.  También marcación de una forma mas de hacer y hacer comprender a la política como política inclusiva.

El pasado lunes 12 de septiembre el presidente Macri (Alianza Pro) ofreció una gala cultural en el Teatro Colón y dió al día siguiente  un discurso inaugural a un conjunto de empresarios extranjeros en el centro cultural Kirchner. Dos hechos relevantes. En primer lugar, en aquella oportunidad, el lugar elegido para una gala tiene, con ciertos matices, aquel recuerdo del bicentenario de 1810. En aquella oportunidad el pueblo festeja en la nueve de julio. Una muchedumbre de distintos lugares de nuestro territorio podía valorar el acervo cultural de nuestro país representado en forma significativa por artistas autóctonos y productos regionales que acompañaban la vista de cualquier espectador. Mientras, en el mismo horario representantes mediáticos, periodistas, personajes de la farándula y  economistas e integrantes e integrantes del Pro, entre ellos el ahora presidente Mauricio Macri junto a Julio Cobos radical,  en aquel momento Vicepresidente de Cristina Fernández de Kirchner, hoy en alianza con el gobierno. En segundo lugar, en esta oportunidad  el centro cultural Kirchner, ( como explicamos anteriormente, lugar de la cultura) se convirtió en estos días en el anfitrión de empresarios extranjeros a quien nuestro presidente les abre las puertas de par en par para que vengan a invertir (Sic). Casualmente o no, mientras disertaciones sobre nuestro economía por parte de componentes de cambiemos (Prat Gay- J. Triaca- Sturzenegger) presagiaban un buen presente y óptimas condiciones para el crecimiento de nuestro país. En el ínterin, al mismo tiempo y a escasos 120 metros en la plaza de mayo colmada de gente  buscaba  alimentos para comer. Estos eran traídos en camiones y varios medios de locomoción por los productores que regalaban sus productos  porque con la apertura de las importaciones de modo indiscriminado y desmesurado ven como su economía regional y personal ya no les alcanza para llenar la mesa de su hogar. Entre lo primero y lo segundo, el contraste no es solo económico sino de acción política y desigualdad social.

Todo un signo. Por un lado, un lugar donde funciona un centro cultural denominado Kirchner en alusión a las ideas ya expresadas sobre su pertenencia y pertinencia. Por otro lado, en ese ámbito, una reunión de empresarios neoliberales anunciados con bombos y platillos,  que se ocupan de bajar los sueldos y aumentar la liquidez y la renta financiera además de estar involucrados en los denominados “Panamá Papers”; escándalo exponencial, a nivel internacional y parece que no tanto a nivel nacional, -por parte de nuestro presidente- como de quienes lo acompañan en esta componenda mediática y de mercado reunida en estos tres días.

 Sería algo liviano considerar lo ocurrido como una mera provocación por quienes suelen hablar de rupturas y grietas. Este hecho, no es mas ni menos que un intento por quebrar el orden simbólico de lo que significó el kirchnerismo para los sectores populares en educación, cultura y trabajo. Presentar un foro en este centro que lleva el nombre de quien supo oponerse con tesón en la cumbre de las América en el año 2005 y sostuvo que el MERCOSUR era si una salida para la economía latinoamericana en términos de integración económica y cultural. En este sentido, la alianza cambiemos se propone destruir lo construido: superponiendo a la dignidad del trabajo, la valorización de la cultura para todos y los juicios a los dictadores; la reducción del empleo y la direccionalidad de la economía a los intereses del mercado, la sustracción de los programas educativos, además de: justificar sin atenuantes la prisión domiciliaria de algún dictador o poner en duda el reclamo legítimo de las abuelas, madres, hijos que aún siguen queriendo saber donde esta parte de su raíces.

Se trata de una búsqueda de quiebre de el orden simbólico, desde cuadros bajados de la casa Rosada de Chávez y Kirchner y mausoleo en el sur, como así también cambiar y confundir la finalidad que el mismo el centro cultural Kirchner tuvo en su origen. Los símbolos son parte identitaria de nuestro acervo cultural. Claro que nada es inocente. El pueblo tampoco. Dato no menor para un gobierno que registra poco de lo popular pero que sabe que los símbolos propuestos en estos últimos doce años fueron una reafirmación constante de que la cultura, la educación y la economía constituyeron  que constituyeron un eje esencial de lo que conocemos como: la Patria es el otro.




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