César Augusto Porcel de Peralta.
TWITTER @cesaraugpdp357
Hoy
como ayer vivimos en una disputa histórica que sucede a lo largo de las décadas
y con ellas los siglos aún con las variantes y diferencias que se presentan
producto de los nuevos tiempos en términos de ciencia y avance tecnológico
tenemos esencialmente los mismos problemas desde un plano político, en realidad
se escribe bastante sobre estas cosas y seguramente algunas personas leen al
respecto pero por alguna extraña razón seguimos cayendo en los mismos pozos y
tropezando con mismas piedras en ese camino al desarrollos de nuestros países,
sobre las cosas que vivimos y nos ocurren como conjunto social sumado a una muy
débil noción de la mayor parte de nuestros pueblos sobre la historia registrada
y la revisión de la misma, para algunos es sin duda producto de un ataque desde
el punto de vista cultural que repercute cruelmente en nuestra sociedad y el
atraso de nuestros Estados Nación en términos económicos y sobre todo sociales,
estas maniobras comprendidas como ataques del tipo invasivos y culturales posibles
por la capacidad de manipular e influir en la subjetividad de la población por
el cual se pone en marcha de mano de un constante entretenimiento un proceso de
idiotización a escala masiva dicho proceso por fuerza y lógica es llevado a
cabo a través del uso de medios de comunicación de masas. Este proceso es
enorme y tengo la sospecha que es un fenómeno que posee carácter global. Hubo
cierta resistencia a este tipo de proceso en los últimos años desde 2003 hasta
2015 y con algunos puntos de resistencia aun activos en el 2016 por el cono
sur, en particular en la República Argentina, sin embargo esta resistencia ha
sido insuficiente como para poner punto final a esto de entretenernos hasta que
quedemos estúpidos, los acaparadores del poder económico y mediático tienen una
influencia muy fuerte en la opinión pública en aras de la dominación social, me
pregunto: ¿Qué alegría existe en la dominación? ¿Existe la posibilidad de tener
plenitud ejerciendo poder en esos términos? Sin duda queremos todos aún los depresivos
el poder vivir con alegría una vida disfrutable en el marco de la convivencia
social, sin duda las relaciones de poder y las tensiones seguirán existiendo y
eso es de lo más normal lo loco y extraño sería que vivamos como una colonia de
abejas cada cual en su rol y en perfecta armonía, pero somos algo más complejos
que eso como lo podemos percibir, entonces en el marco que realmente vivimos
¿es posible el ejercicio del poder y la alegría? Tal vez sí, si el eje de
la práctica y uso del mismo sea diferente de los términos de dominio de unos
sobre otros ¿verdad? Pero como las formas de poder que venimos conociendo hasta
ahora son por el dominio y el control, me pregunto ¿Qué tan alegres y plenas
son las vidas de esas gentes que ejercen un gran poder concentrado? Si pensamos
en esto se puede considerar la más simple alegría como un estado de pureza y
como un producto de mercado, por ejemplo, La alegría de estar con vida.
(Producto) ¿Qué tan buena está la cotización de esta alegría? Podría
presentarse como un bien muy barato y por tal motivo se le consideraría como
despreciado, otras personas por el contrario lo considerarían valioso y
preciado por tanto podremos fácilmente confundir el valor con el precio, lo que
sería un error muy caro para todos nosotros, tal vez el poder y la alegría si
puedan ser compatibles si el primero no esta concentrado en un individuo o en
un grupo selecto, si no más bien ejercido en conjunto con democracias sólidas
muy fuertes, si ese poder es ejercido de modo transparente por el conjunto
social en general puede que hallemos la compatibilidad real entre la alegría
genuina de un pueblo y la armonía de asignar a cada cosa el valor que tiene.
Complejo y a la vez, simple. Muy distinto a la Revolución de la alegría que
muchos compraron y claro, estaba falsificada y podrida.
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