Carlos Juan Bianchi
Hacía tres años y pico que estaba recluido en
el neuropsiquiátrico.
Sus imperiosas quejas no fueron escuchadas en
el momento de su injusta internación y por el contrario, la vehemencia de sus reclamos sirvió para
justificar su locura.
Fue entonces cuando recibió la visita.
Se trataba de un funcionario de rango
intermedio del ministerio de la seguridad social.
Se miraron un rato en silencio, hasta que el
loco, reprimiendo emociones y apelando a una frase vulgar le dijo: “a que debo
el honor de su visita”
-Yo soy
el que lo metió aquí adentro-
-No habrá venido para se lo agradezca-
-No,
además la culpa es suya, ya que no dejaba de criticar al gobierno; recibí
órdenes,
lo eché de la radio y de la televisión, pero
usted que tiene amigos por todas partes, siguió jodiendo por radios
comunitarias, blogs y FM.
Entonces me pidieron que definitivamente, lo sacara
de circulación.
Cuando pregunté ¿cómo? Sugirieron que le fabricara
una causa y lo metiera en la cárcel.
Fue entonces
que se me ocurrió lo del neuropsiquiátrico, allí pensé, aunque siga
hablando son todos locos y nadie se preocupa demasiado por ustedes.
-Aquí el loco recordó una frase de David Cooper
que él, indudablemente había incumplido, la frase era: “hay que ser loco con
discreción”
Entonce preguntó:
¿a qué vino ahora?
-A gestionar su alta, mañana sale libre, supe que no tomó medicación, e hizo bien,
aquí están todos empastillados, parecen zombies.
-¿Por qué ahora mi libertad?
-Porque el gobierno se va, se desmorona, hemos
ocultado, mentido, cumplido con las órdenes emanadas del norte, privatizamos
todo, achicamos el estado a su mínima expresión mediante despidos masivos.
-Se olvida de algunas muertes-
-Las pocas muertes provocadas por la represión,
por suerte fueron tergiversadas y justificadas por la prensa amiga, que habló
de subversivos al servicio de una militancia que atentaba contra el orden
constitucional.
-¿Y
entonces?
-Es que el clamor social, por la desocupación y
la pobreza que avanza, ya es incontrolable.
Así que nos vamos, ya hemos quemado archivos y todo
tipo de evidencias que pudieran incriminarnos.
La mayoría de los funcionarios ya están en el
exterior, los más encumbrados andan por los Alpes Suizos, otros en Norteamérica
donde los republicanos nos comprenden y nos protegen.
Claro que nadie se va seco, con la guita del
FMI tenemos para todos, para todos los nuestros, se entiende.
Yo, con mi familia nos vamos pasado mañana, económicamente
cubiertos por varias generaciones aunque no formo parte del staff principal.
-¿y quien se queda para apagar la luz?
-Bueno, los perejiles de siempre, alguno de
ellos irá en cana seguramente.
Pero antes de irme quise sacarlo de este antro,
quizá este gesto humanitario me conceda cierta indulgencia cuando vaya al
infierno.
Después de un tiempo de su “internación” tuve
otro gesto que atenúa mi culpa, haberle contado a su pareja donde podía
encontrarlo, sé que lo visita asiduamente, también sé que sigue militando, la
tenemos controlada, por si acaso.
Al menos podría darme las gracias, ¿no?
-El loco lo miró en silencio, sin emoción, y casi sin escucharlo, miraba a través de él, veía
imágenes que provenían de un pasado difícil
y lejano que no estaba dispuesto a olvidar, sentía que ese pasado le procuraba
su identidad.
-Bueno no hable si no quiere, de todos modos desde
mañana podrá continuar al aire libre, con su arenga populista, y encontrará
seguramente a muchos que piensan como usted-.
Están los sindicalistas por ejemplo, que hasta
ayer estuvieron con nosotros por las prebendas recibidas, mañana saldrán a
adjudicarse la autoría de la inminente revolución, diciendo, mintiendo como
siempre, que ellos son los representantes del pueblo peronista, que manga de
hijos de puta.
Menudo lío le dejamos: un país devastado, sin
industrias, con la mayor desocupación de las últimas décadas, con una deuda
impagable al menos por ochenta o cien años.
Eso sí, los llenamos de metro buses, de
canteros con flores y plazas enrejadas.
Traten de convencer a la líder de los últimos
años, aunque ahora sí, para enderezar este entuerto va a precisar hacer magia.
Me voy, todavía tengo cosas que arreglar, yo ya
hice lo mío.
Si aparezco en alguna lista, y usted recobra cierta influencia, no se olvide del
favor que le hice.
Le deseo suerte y por última vez, discúlpeme.
-A la mañana siguiente el loco, quiso desayunar
con sus compañeros del pabellón, (nos sometemos a las costumbres) les dijo que se iba, algunos lloraron, otros
no entendían, hubo abrazos, recomendaciones y hasta regalos mínimos y
artesanales que provenían de los más cercanos.
Se fue.
En la guardia casi sin saludarlo le entregaron
su magra mochila, alguna ropa, su reloj pulsera y un par de libros que, quizá
por ignorancia, se salvaron de la requisa oficialista a su entrada, se trataba
de: “El existencialismo es un humanismo” y “Los intelectuales y la organización
de la cultura”, Sartre y Gramsci eran algunos de sus escritores preferidos.
Guardó los cigarrillos y los regalos en la
mochila y salió caminando por la antigua calle Vieytes, hoy Dr. Ramón Carrillo.
.En la primera alcantarilla tiró toda la
quetiapina suministrada y que nunca había tomado.
Ansiaba encontrarse con su pareja ya en
libertad, presuroso caminó hacia el hospital Rawson, habría un teléfono allí desde
donde poder llamarla y emocionarla.
A lo lejos percibió el rumor de una muchedumbre
que venía en sentido contrario, se detuvo a esperar, ya más cerca vio las
pancartas conocidas, banderas de algunos sindicatos, fotos: Perón, Néstor, Eva,
Cristina.
Escuchó los cánticos, que tantas veces había
entonado: “patria sí colonia no” “se va
a acabar, se va a acabar la dictadura liberal”.
Sintió que su pecho se expandía poco a poco,
una ráfaga esperanzadora le inflaba los pulmones, lo visitaban palabras como:
recomenzar, renacer, volver…
Al verse bien también pensó: “después de todo
le podía haber dicho, gracias”
Sintió que volvía a creer…que el amor y la militancia
volvían a encontrarse en libertad, y dichoso se sumó a la marcha.
CJB
No hay comentarios.:
Publicar un comentario