Leandro Pena
A la
hora de examinar la historia podemos señalar dos enfoques diferentes, sobre los
hechos y los acontecimientos y que repercutieron en las formas de examinar los
cambios sociales, políticos que se produjeron a fines del siglo XIX y en el transcurso del siglo XX. El
primero conserva una perspectivaoptimista de la historia sostenida por el
positivismo de Augusto Comte y proponía conocer para prever los movimientos de
la sociedad teniendo en cuenta el conocimiento científico y técnico. El segundo,
un enfoque posmoderno caracterizado por
ser pesimistaa la hora de examinar el devenir histórico, atendiendo a la disolución de los modos tradicionales de
conocimiento sosteniendo como fundamental la importancia del lenguaje, la
comunicación y el desarrollo tecnológico para el fortalecimiento de los lazos
sociales sin obviar que la
direccionalidad histórica sostenida por los grandes relatos se encuentra fragmentada o disuelta.
Durante
los siglos XVII y XVIII se desarrolla la corriente filosófica llamada
racionalismo que consiste fundamentalmente en el uso exacerbado de la razón
para fundamentar temas relativos al conocimiento, a la metafísica como así
también a la psicología. El racionalismo como corriente filosófica se preocupar
por exaltar la razón para el conocimiento de cuanto ocurre, poniendo como centro la facultad misma del
hombre para examinar y conocer todo cuanto se propone conocer. En este sentido,
dicha corriente se caracteriza por buscar con ciertos matices que sea el sujeto
quien pueda dar cuenta de las cosas que están en el mundo bajo la justificación de una idea
trascendente (R. Descartes) o sin ella. (I. Kant).
De este
modo, mientras el racionalismo llegaba a su punto culminante en Alemania, nace
bajo la tesis iluminista a partir del siglo XIX el positivismo de Augusto
Compte, caracterizado por marcar un lineamiento sobre
el devenir histórico tanto de la ciencia como de la humanidad dejando sus
huellas en la historia del pensamiento. Fundamentalmente, conocido como el
fundador de la sociología, el pensador francés, propuso demostrar que hay un progreso necesario de la humanidad desde su
niñez entendida esta en su época antigua, hasta su adultez en la época
moderna-contemporánea; se trata del paso de una sociedad sin saber científico a
una sociedad que posee la capacidad conocer. Su preocupación esencial consistió
en proponer la ley de los estadios que consiste en enunciar la sucesión
necesaria de los pensamientos individuales y colectivos; en la cual el
individuo es teólogo en su niñez, metafísico en su juventud y físico en su
madurez, demostrando de este modo su propósito antimetafísicoa la hora de examinar
el desarrollo histórico social. Para esta corriente filosófica, todo lo que el
hombre puede pensar o utilizar o aprender para su progreso, está en el campo de
la ciencia. Está convencido de que toda
teología o metafísica al pretender alcanzar lo absoluto terminan por ser
dogmáticas y por tanto negadora de la relatividad de todas las cosas y del
mundo, sin embargo, es esta relatividad total de las cosas la que alimenta y posibilita el progreso de
la humanidad operando, como único principio absoluto que moviliza el campo del
saber.
Establece
pues un grupo jerárquico de ciencias, que tienen como objeto la naturaleza
inorgánica, y está constituido por la matemática, astronomía y la física y otro
grupointegrado por la química, la biología y la sociología. Cada una de ellas
estaría dividida en ciencias subalternas. Cada uno de estos órdenes supone que
las primeras son más uniformes y simples.Mientras las matemáticas no se apoyan
en otra anterior, las demás lo hacen en las que las precede inmediatamente
hasta llegar a la sociología que para Compte es la coronación de todas las
ciencias, porque no solo le compete el comportamiento del hombre como ser
social sino el estudio de la moral y las
posibilidades concretas del progreso para la humanidad.El hombre comptiano es estrictamente relativo a la sociedad y
solo en ella puede existir y ser
comprendido, más aun, en la sociedad termina por agotarse toda actividad
humana.
Como
vemos esta teoría se encuentra unida a la praxis·, pues para él solo es
digno de investigación aquello que acrecienta el progreso humano y a su vez
toda nueva etapa de progreso abre nuevos horizontes de investigación. Parecería
que el elemento mesiánico comienza a aflorar, la redención y las respuestas del
hombre estarían en técnica. Para Comte él orden y progreso se dan juntos y para
que esto se dé es necesario organizar la sociedad, y por ello es necesario
organizar las ciencias coronadas por la sociología. El tipo de sociedad
Comptiano resulta armónico ya que la misma es producto de las acciones
políticas que decidirían los problemas administrativos, y científicas que darán
directivas básicas para alcanzar la marcha de la sociedad, de este modo se dan
dos posiciones contrapuestas pero que están fundamentadas en el hombre. Por un
lado se le otorga al hombre el imperio sobre la totalidad de las cosas pero al
mismo tiempo al centrar lo mas humano del hombre en las ciencias concebida como
conocimiento clasificador y estructurante termina por convertirlo al hombre en
una cosa.
Como expresamos
anteriormente, para el pensador francés existe un modo desarrollo histórico
individual y social que comprende distintos momentos históricos que van desde
un estadio imaginativo hacia un estadio emancipatorio del saber científico efectivamente,
en su obra Discurso sobre el espíritu positivo,
propone diferentes momentos llamados estadios que vienen a representar un modo de
evolución social de la humanidad.El primer estadio llamado estadio llamado
teológico, consta de tres fases. El fetichista, el politeísta y el monoteísta.El fetichista“
consiste sobre todo en atribuir a todos los cuerpos exteriores una vida
esencialmente análoga a la nuestra pero casi siempre más enérgica, por succión
esencialmente más poderosa”[1].El
politeísta es el momento en el cual la filosofía se eleva porque llega a
unificar estructuras sociales con la razón en un espíritu teológico. “Es en
esta fase donde principalmente hay que estudiar como estudiar el espíritu
teológico que se desarrolla en ella con una plenitud y una homogeneidad
ulteriormente imposibles; es este período el mas ascendente ala vida mental y
social”[2].
El monoteísta es la tercera fase y la mas decadente pues“la razón viene a
restringir cada vez más el dominio de la imaginación y el sentimiento”[3].El
segundo estadio se denomina metafísico y es un estadio intermedio entre la
infancia y un estadio superior de progreso y adultez. Compte comienza a reducir
una metafísica a una ontología. Efectivamente la metafísica que buscaba
responder a las causas esenciales da paso a que desde el hombre se pueda
comprobar todo cuanto sucede y aparece.Como conclusión de esta teoría será la
eliminación toda teología que impide
razonar y dar justificaciones de las cosas. A pesar de ello, este estadio “se encuentra siempre en esa inevitable
alternativa de tender a una vana restauración del estado teológico para
satisfacer las condiciones del orden o impulsar una situación puramente
negativa a fin de librarse de una teología”,[4]no
logra por tanto representar la independencia de toda justificación del devenir
del mundo y del pensamiento Finalmente en el estadio positivo, comienza
entonces la emancipación plena de la razón mediante el paso de la imaginación a
la observación dejando en el olvido aquellos estadios de la “infante“
humanidad. Lo real se reduce a lo comprobable.En efecto, lo real y deducible
nos lleva a la naturaleza de las cosas en tanto que son fenómenos, lo que antes
se explicaba desde el sujeto en relación con una metafísica ahora es
comprobable no desde la experiencia sino desde la observación y la lógica.
Dos consecuencias
de estas ideas: la idea de progreso y de lo relativo. En efecto, al progresar
la razón que quiere conocer se da cuenta que cada uno lo logra de distinta manera y que depende
esencialmente de cada circunstancia. Nos dirá A. Compte “lejos de llegar en
modo alguno al ser absoluto debe ser siempre relativo (lo que conocemos) a nuestra
organización y a nuestra situación”[5].
Por otra parte, dado que, la historia avanza se
desarrolla y progresa, los fenómenos son distintos y se conocen cada
vez, y de diversos modos las concepciones van cambiando con un trasfondo
netamente social.Es decir cambian las concepciones por que cambian las
sociedades, [6]“los
fenómenos cambian tanto como los fenómenos humanos, que no son simplemente
individuales sino también y sobre todo sociales puestos que resultan en una
realidad de una evolución continua en la que todos los elementos y todas las
fases están conexas”. De este modo, el
verdadero espíritu positivo ,” consiste sobre todo, en ver para prever, en
estudiar lo que es para deducir lo que será , según el dogma general de la
invariabilidad de las leyes naturales”[7]
En
conclusión, el positivismo concibe la historia atendiendo a la necesidad de la
emancipación de la razón, estableciendo esto como el fin propio de la
humanidad. Desde la postura comptiana todo conocimiento tiene como fin prever
el desarrollo de la humanidad, si la ciencia avanza es para poder determinar el
actuar de una sociedad pretendiendo establecer el orden y progreso de las
mismas si tener en cuenta aspectos fundamentales como lo son la historia
política, económica y cultural de una sociedad ya que toda auto comprensión de
la historia y su devenir es comprendida como crítica a un modo teológico y metafísico cuya finalidad es atender la
preeminencia de la razón en tanto organizadora de la sociedad. Lo inherente a
la sociedad, sus estamentos, sus movimientos internos son tenidos en cuenta en
tanto pueda preverse el modo de comportarse de una sociedad pero no relación
con el estado. Dicho de otra manera, el sentido teleológico de la historia en
tanto la direccionalidad que marca la emancipación de la razón pone en
evidencia que el par razón/ciencia excluyen de su análisis el par
sociedad/estado, en términos de ciudadanos que tienen pariticpación en la vida
de la polisquedando subsumida toda
tarea filosófica a pensar cómo se mueve cada sociedad y de qué modo se
vislumbra el progreso de la razón a lo largo de la historia mostrando como
tanto la ciencia y el poder de la misma
vaticinan un horizonte de conocimiento con un sesgo relativo.
La
segunda corriente perspectiva filosófica
que examina y reflexiona sobre la
historia con un tinte escéptico es el
denominado pensamiento posmoderno. Dicho pensamiento forjado a partir de
mediados del siglo XX se propone examinar:los modos en que se presentan
vínculos interpersonales y sociales, la debacle de los denominados grandes
relatos y la validez de los argumentos
científicos; poniendo énfasis en que los
argumentos modernos que hacían posible pensar la validez del conocimiento y la
posibilidad confiable en un progreso tanto de orden político como social se
encontrarán seriamente cuestionados.
Una de
las problemáticas que la corriente
posmoderna asume como una dificultad, tiene que ver con los vínculos
interpersonales. Las relaciones humanas es la constante individualización ya estas son “ahora el tema del momento”[8] en
sus diferentes variables tanto cibernética como así también bajo la atención
clínica sea de couseluing, psicólogos
sociales o los diferentes tipos de terapeutas que se aboquen a la cuestión de las relaciones humanas siendo este un tema
de mode. La corriente posmoderna, sostiene que si bien la problemática es
importante y relevante desde fines del siglo XX lo fundamental es que “ el
compromiso y en particular el compromiso a largo plazo es una trampa que el
empeño de “relacionarse” debe evitarse a toda costa”[9].Como
podemos ver hasta aquí, el pensamiento posmodernoexamina las relaciones humanas
con un enfoque negativo donde las relaciones humanas se vuelven mas superficiales
y por tanto el reconocimiento de la individualidad del otro se vuelve estéril y
superficial prevaleciendo mas la información interpersonal que el conocimiento
vincular y exacerbando la idea de satisfacción y consumo.
Para
esta corriente, las sociedades se encuentran marcadas por la forma moda, e influenciada por
el desarrollo técnico que buscan acompañarla convirtiéndose esta no solo en un lujo estético y periférico de la
vida colectiva sino que se ha convertido en un elemento central en el proceso
social que gobierna bajo la forma de producción y consumo. Dicha forma moda parece la
realización de la sociedad. En efecto, “toda cultura se ha convertido en una
formidable maquinaria regida por la ley de la renovación acelerada, del éxito
efímero, de la seducción y de las diferencias marginales”[10].
Las industrias casi no pueden prever lo que va a suceder por la desenfrenada
necesidad impulsada por la ansiedad de tener, de derrochar, de gastar,
variablemente según la espontanea necesidad social; de este modo existe una
relación proporcional pero a la vez flexible: “A una industria cultural que se
organiza según el principio de la novedad, corresponde un consumo especialmente
inestable, y en ella más que en ninguna otra parte han de reinar la
inconstancia y la imprevisibilidad de los gustos”[11]; de
este modo vemos que bajo la idea de satisfacción y consumo prevalece la idea de
lo efímero y lo constante e inmediato como deseo social. Por tanto, las
sociedades se ven seducidas por el gusto inmediato que le reclama la necesidad
del cambio en artículos de utilería, comida rápida o servicio a la carta; se
juega la lógica de la necesidad a la par de la incertidumbre de los resultados
por la relativa elección en cada circunstancia. De este modo la reflexión filosófica
posmoderna en torno a la relación sociedad y economía sostiene que la cultura
industrial se encuentra dominada cada
vez más por el deseo “del éxtasis de la celeridad y la inmediatez”[12]La
sociedad por tanto se encontraría en busca de un estadio jovial mostrando quela
denominada forma moda consumista, resultaría una forma variable delas apetencias humanas del
gusto y del placer.Por lo tanto, la industria se encontraría hoy de la mano de
la cultura viviendo su presente propio que no busca prever la necesidad futura
sino la del hoy y por tanto no se trata de. “un pensamiento de avanzada sino de
seguir los gustos y apetencias de las masas”[13].
Por
otra parte y siguiendo con el mismo análisis histórico, en la posmoderna al
igual que con Compte interesa el desarrollo de la sociedad, pero esta ya no es
vista como el progreso de la razón en
diferentes períodos sino al igual que el pensador francés se mantiene la idea
de “que la sociedad es una unidad una unicidad”[14] y
que cuando hay un problema que afecta a una parte de la sociedad afecta
sistemáticamente al conjunto del sistema social. Este modo de conformación
social es diferente al modo en como Marx conceptualiza la historia dado que el
marxismo sostiene que el modelo social “ nace de con las luchas que acompañan
al asedio de las sociedades civiles tradicionales del capitalismo” [15].
Este modelo de comprensión social “ no corresponde a los modos del saber
postmoderno” y la razón de esto es que ha habido un redespliegue del
capitalismo a través de los cambios científicos y técnicos que han producido un
cambio en elestado; convirtiendo a las clases “dirigentes en decididores”[16]
dejando de estar “ constituida por la
clase política tradicional para pasar a ser una base formada por jefe de
empresas, altos funcionarios, dirigentes de los grandes organismos
profesionales, sindicales, políticos, confesionales”[17]. Lo
fundamental consiste en primer lugar no solo en el modo de enfocar lo que
significa el progreso social sino la función y la constitución partidaria
política en representación de los ciudadanos de un lugar. En este sentido la perspectiva
posmoderna presenta “la descomposición
de los grandes relatos y se sigue de esto que algunos analizan como la
disolución del lazo social”, perdiéndose de esta manera la mirada de una sobre
una sociedad orgánica constituida. Efectivamente al ser el centro de interés
filosófico y político los medios de información y el lenguaje en tanto que este está
acotado a la “atomización de los social
en redes flexibles de juegos del lenguaje “[18];
de este modo lo que hace a la naturaleza delado social no tiene ver con una
fase simplemente comunicativa entre emisores y receptores mediante un canal
sino los diferentes modos en que se emplea el lenguaje comunicacional e informático que son aquellas que
fundamentan dicho lazo y la relación de los individuos con la instituciones.
Vemos
entonces hasta aquí una cuestión fundamental como parte del discurso posmoderno
y es que “ elgran relato ha perdido su credibilidad, sea cual sea el modo de
unificación que se haya asignado: relato especulativos, relato de unificación”[19]Esta
cuestión resulta fundamental puesto que las grandes ideas que sostienen el
saber político y científico moderno
parecen haber caído.La “utopía” que puede representar la necesidad de la lucha
de clases que emerge en la historia milenaria de los pueblos, como así también,
los grandes ideales de la revolución en el cual el sistema democrático moderno
se propone como una forma de gobernabilidad posible carecen de legitimización
económica, social y política. Más aún:
los argumentos científicos y los modos en que estos se fundamentan están
seriamente en riesgo. En efecto, el pacto del capitalismo y neoliberalismo bajo
la versión tecnocrática forman parte como dijimos antes del nuevo modo de
formación dirigencial.
Por
otra parte en orden al argumento científico se pone en jaque la legitimización
del saber, efectivamente mientras en la modernidad el acento sobre el
conocimiento de una objeto estaba centrada en la figura del sujeto quien con la
razón podía ordenar en su mente y representar las cosas que estaban en el mundo
y conformar un conocimiento posible sobre los objetos en la posmodernidad el
acento sobre el saber esta mediado por la una configuración discursiva que otorga legitimidad y rango de
saber a una determinada cuestión; de este modo todo discurso de conocimiento se
es producto de una articulación variablesde los juegos del lenguaje. En este
sentido la crisis del “saber científico del siglo XIX no proviene de una
proliferación fortuita de las ciencias que si misma sería el efecto de progreso
de las técnicas de emancipación del capitalismo. Procede de la erosión interna
del principio de legitimidad del saber”[20];
de esta manera el saber queda liberado de la enciclopedia y queda en manos de
la especulación discursiva y de los juegos del lenguaje que la proponen conformando
un modo emancipador del saber que lejos de acentuar con la rigurosidad moderna
los principios de la razón para conocer e instar formas de conocimientos
posibles, dispone que dicho saber quede en manos de un poder, o un lazo social
mediante un discurso de poder, mostrando que su característica fundamental
consistirá en: “ fundar la legitimidad de la ciencia, la verdad sobre la
autonomía de los interlocutores comprometidos en la práctica ética, social y
política”[21]
; quedando reducido el problema del conocimiento y la verdad a la exposición de
un enunciado o al modo en que se dan los juegos del lenguaje en un discurso
determinado.
Vemos
entonces que ambos discursos, el discurso comptiano por un lado y el discurso
posmoderno por otro hacen hincapié en problemáticas similares pero con ópticas
distintas, sin embargo ambas posiciones excluyen el problema de la dinámica
social en torno a la vida política y el involucramiento de los distintos
estamentos sociales en la cuestión. Mientras que el positivismo augura el orden
y el progreso como factores determinantes de la sociedad, el posmodernismo
refleja por un lado que quienes dirigen una sociedad son herederos del mundo
empresarial y por otro que los lazos sociales
se vuelven superfluos y reducidos a las redes tecnológicas; de este modo todo
análisis sobre el estado y el hombre queda reducido a las demandas del mercado
y a los integrantes que siendo parte
inherente a él (grupos económicos del mercado) organizan bajo su propia ley las
demandas sociales revestidas bajo la forma moda enmarcada en las ideas de: consumo, satisfacción y necesidad. Sin embargo
y a pesar de ello y bajo el modo de globalización el estado posmoderno-liberal
se ocupa de las necesidades y satisfacciones momentáneas pero no lo hace
teniendo en cuenta las necesidades insatisfechas y atendiendo las desigualdades
de los hombres sino acorde a una visión consumista regida por la ley del
mercado. En este sentido la visón escéptica de la historia que propone la corriente
posmoderna se mantiene al margen de la discusión sobre los argumentos que
sostienen el rol del estado en orden a una vida política igualitaria sino que
por el contrario permanece crítica a los grandes relatos sea democráticos o
sobre luchas de clases dejando sin justificación o generando descreimiento sobre las posibilidades
políticas que dichas formas de gobierno inciden en la vida de los hombres
quedando el horizonte del sentido histórico de la vida política subsumida a
representantes de la economía y los modos en que estos regulan la vida de los
hombres y considerando que las ideas políticas sustentadas en una teoría
política quedaron sin vigencia alguno.
·Como vemos, aquí el término
praxis está utilizado para mostrar la relación entre practica social y progreso
científico - técnico, no en el sentido de unir teoría política con práctica
social como lo supo examinar Marx.
[1] COMTE,Augusto, Discurso sobre el espíritu positivo,
Madrid, Sarpe, 1984, P. 29.
[2] Ibídem.
[3] Ibídem. P. 30.
[4] Ibídem. P. 37.
[5]Ibídem. P. 40.
[6]Ibídem. P. 41.
[11]Ibídem.P. 232.
[12] Ibídem. P. 240
[13]Ibídem. P. 253
[15]Ibídem.
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