Ágoraa diario la arena política

realidad en blanco y negro...

Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

**********************************************************************************************

martes, 6 de octubre de 2015

El kirchnerismo y el rol del Estado

opinión. Agora...a diario 06/10/2015




Edgardo Pablo Bergna

Maximiliano Basilio Cladakis

 

   Cuando el candidato presidencial del Frente para la Victoria Daniel Scioli dijo que de lo que se trata, en las próximas elecciones, es de elegir si “gobierna el Estado o (…) el mercado”, lo que hizo fue subrayar el sentido que el kirchnerismo le ha dado al Estado durante los últimos doce años. En la disyunción pronunciada por Scioli, entre gobierno del Estado y gobierno del mercado, se hace presente la reconfiguración del concepto “Estado” con respecto al consolidado durante el periodo de la hegemonía neoliberal.

   El neoliberalismo, pues, delimita el rol del Estado al de garante y guardián del mercado y de sus supuestas “leyes inherentes”. El mercado, en verdad,  no es otra cosa que el ámbito en donde se compran y venden las mercancías. Como señala Marx en El capital, en el mercado lo humano se reduce a la posesión o no posesión de mercancías. Ahora bien, si la misión del Estado (misión sagrada para el neoliberalismo) es reguardar el mercado, el Estado es el legitimador de la cosificación de las subjetividades bajo el dominio de la forma mercancía. La realización de dicha misión culmina en la protección de los poseedores de mercancías en detrimento de los no poseedores. Los teóricos más explícitos del neoliberalismo, como Robert Nozick, sostienen que, en el libre juego del mercado, hay ganadores y perdedores. En ese juego perverso, donde los que pierden, pierden prácticamente la vida, el Estado se vuelve el custodio de los ganadores.

  Más allá de la contradicción (contradicción no dialéctica, ya que se trata de una contradicción formal, contradicción, por lo tanto, que concluye, no en una superación, sino en una falacia) de que el neoliberalismo solicita la reducción del Estado, al mismo tiempo que exige que este asegure cuestiones tales como la “seguridad jurídica (es decir, exige la intervención del Estado),  el neoliberalismo significa la expansión metastásica del capital por sobre el Estado. El Estado debe subordinarse a los designios de los poseedores del capital, de los ganadores del “juego del libre mercado” (vale aclarar, nombrando nuevamente a Marx, que los ganadores no son tales por esmero ni por virtud sino que, desde su origen, el capital nace bañado en lodo y sangre; todas las grandes fortunas fueron amasadas por crímenes de los más diversos tipos; véase, en Argentina, por poner un ejemplo, el poderío de Clarín y el rol del multimedios durante la última dictadura cívico-militar).

    Retomando el sentido kirchnerista de “Estado”, este se vuelve a presentar bajo la formulación clásica de ser el responsable resguardar el bien común. El Estado, para el kirchnerismo, no es el custodio del mercado, sino del interés general. En un sentido casi hegeliano, el Estado es la dimensión donde acontece la eticidad y donde se reconocen los derechos particulares y colectivos. En este punto, cabe señalar que la “eticidad” se contrapone a los afanes individuales de acumulación y donde la comunidad  se realiza en una relación dialéctica que hace del "yo" un "nosotros" y de "nosotros" un "yo", oponiéndose a la formulación de un “yo” puro e “independendiente” de todo  “nosotros”.  El “libre juego del mercado” encuentra, entonces, sus límites en la defensa de lo común, y los ganadores en la defensa de la comunidad, la cual incluye, obviamente, a los perdedores. Para el Estado, no hay ni ganadores ni perdedores, sino sujetos cuyos derechos no dependen del resultado de ningún juego, y estos derechos son universales y tienen como única condición el simple hecho de existir. Vivienda, salud, educación, son, para el sentido clásico del Estado, derechos inalienables de todos los ciudadanos.

    Lo dicho por Scioli pone blanco sobre negro en torno a lo que está en juego en las próximas elecciones: o bien, gobierna el Estado, en su concepción kirchnerista, es decir, gobierna  el bien común, o bien, gobierna el mercado, es decir, los ganadores de un juego en el cual los mismo ganadores hacen sus reglas, tanto antes como después de la partida.




No hay comentarios.: