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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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jueves, 30 de diciembre de 2010

¿Un año más?

opinión. Agora...a diario 30/12/2010


Maximiliano Basilio Cladakis

 Concluye un año, un año signado por acontecimientos memorables que, sin lugar a dudas, quedarán grabados en la Historia de nuestra Patria. La Nueva Argentina continúo imperiosamente su marcha por los caminos que inesperadamente surgieran en el 2003, manteniendo en alto las banderas de la Justicia Social, de la Memoria y la Verdad, de la Integración Latinoamericana, de la reconstitución del Campo Popular como sujeto protagónico de la política; banderas escritas con mayúsculas de manera adrede, pues no se trata de elementos coyunturales o  contigentes sino que, por el contrario,  son lo esencial   de ese Proyecto Nacional y Popular llamado kirchnerismo.

   El kirchnerismo, como ya dijimos más de una vez en otros artículos, es revolucionario. Su llegada inauguró un nuevo periodo histórico al que podríamos pensar como el surgimiento de un nuevo paradigma que, como diría Sartre, amplió el campo de lo posible. Rompiendo con la lógica del neoliberalismo, tanto en lo económico, como en lo cultural y simbólico, recreó y revitalizó, las mejores tradiciones del peronismo, el cual, tras los nefastos liderazgos de Menem y de Duhalde, había quedado reducido a una mera liturgia vacía de contenido. El kirchnerismo, por el contrario, arraigándose en esa indeleble experiencia histórica que atravesó y determinó la vida del Pueblo Argentino entre 1945 y 1955, y  arraigándose, también, en los sueños de aquella maravillosa juventud de los ´70, plantó cara a los desafíos del nuevo milenio para transformar radicalmente la Argentina devastada, pulverizada, sumergida en una miseria inaudita, con la que se había encontrado.

En ese sentido, el año que concluye fue un año de enormes acciones dentro de ese rumbo de transformaciones radicales En el caso de la Justicia Social, la implementación de la Asignación Universal por Hijo conmovió las simientes profundas de la pobreza. En los mismos meses en que el llamado “primer mundo” continuaba su debacle y aplicaba “ajustes” como los que padecimos los argentinos en los ´90, en nuestro país se reducía un setenta por ciento la indigencia y un treinta por ciento la pobreza, a la vez que la matrícula escolar se incrementaba en un veinticinco por ciento. También estuvieron los aumentos de sueldos y jubilaciones (a los cuales los sicarios del poder corporativo acusaban y acusan de producir inflación), la ampliación de becas de los más diversos tipos, las miles de netbooks otorgadas a los estudiantes de primaria y de secundaria que representaron la inclusión de millones al universo tecnológico actual.

   Hubo también muchos otros acontecimientos memorables que nos marcaron a fuego este año. Uno de ellos es la implementación (aunque todavía no de manera completa) de la tan anhelada Ley de Servicios Audiovisuales, que romperá con el unicato de los oligopolios multimediáticos y que democratizará los medios de comunicación sumando  una pluralidad de voces hasta ahora silenciada. Por otro lado, también se ha logrado la Ley de Matrimonio Igualitario que ha sido un acontecimiento fundamental para el reconocimiento de todas las condiciones y elecciones de vida dejando atrás figuras espectrales del conservadurismo discursivo, tanto del proveniente de una falsa moralidad como el proveniente de una falsa religiosidad.

Con respecto a la Memoria y la Verdad, son varios los hechos importantes. Por un lado, la condena a José Alfredo  Martínez de Hoz como partícipe de crímenes de Lesa Humanidad, que coloca en el podio de los acusados la complicidad civil durante la última dictadura. En relación con esto, cabe destacar también el informe sobre Papel Prensa, presentado unos meses atrás por la Presidenta de la Nación, donde se articulan las pruebas sobre el pacto de sangre sellado entre los genocidas y el periodismo “independiente”. También es de señalar, el avance de la causa Noble tras años de estar detenida, y las condenas a prisión perpetua y en cárcel común de Videla y Menéndez, junto a otros genocidas, pronunciadas la semana pasada.

   En lo que hace a la política internacional, principalmente latinoamericana, la Argentina tuvo también este año un rol fundamental en el proceso de integración de nuestros pueblos. En la realización de esa Patria Grande con la que se soñaran San Martín, Dorrego, Bolívar, Martí, Perón y el Che, el kirchnerismo siempre fue un actor central. El 2010 fue un año de profundización en lo que hace al MERCOSUR y a UNASUR; ambas, apuestas políticas que no son sino la institucionalización de lazos innegables que nos unen como partícipes de un destino común. Tal vez, el acontecimiento más relevante haya sido el compromiso de los países de la región cuando se intentó llevar a cabo el golpe de Estado en Ecuador por parte de sectores de la policia vinculados a la oposición política de ese país. UNASUR actuó con una velocidad tan sólo comparable con la gravedad del hecho. La eficacia y la eficiencia fueron dos características centrales de esa acción conjunta, en la cual los lideres regionales, más allá de sus diferencias, no dudaron ni por un momento en condenar el golpismo. La Argentina presidió y convocó a esa reunión de urgencia, puesto que el Secretario de UNASUR no era sino Néstor Kirchner.

   Ahora bien, toda exposición de lo que ha representado este año en la vida de los argentinos, por más breve y simple que sea (como es el caso de esta) no puede obviar lo que han sido las dos grandes (utilizando el concepto de Rubén Dri) Puebladas de las que hemos sido actores protagónicos; dos grandes puebladas, cuyo sentido y significación hubieran sido impensables unos años atrás. Una, la de los festejos por el Bicentenario, se trató una autentica fiesta popular. Millones de argentinos, haciendo caso omiso de las advertencias de los Profetas del Miedo y la Inseguridad, colmaron el centro porteño para compartir los festejos patrios en un clima de cordialidad, arte y esperanza realmente inesperado. La otra, la del 27, 28 y 29 de octubre, no fue un festejo, sino más bien todo lo contrario. El Pueblo había ido a homenajear y a despedir a Néstor Kirchner. En este artículo ya mencionamos varías veces el término “inesperado”. Lo utilizaremos de nuevo, ese acontecimiento fue “inesperado”. La inesperada muerte del hombre que había posibilitado la inesperada transformación radical de la Argentina sacudió terriblemente a nuestra sociedad. Fueron miles los que se movilizaron a despedir al Líder, a llorarlo en un llanto en común, y a brindarle a la Presidenta su apoyo y a decirle que la lucha continúa, que el Proyecto Nacional y Popular se mantendría de pie. Dijimos que el sentido y la significación tanto de una como otra Pueblada hubiera sido impensable unos años atrás. En efecto, en los tiempos de la Segunda Década Infame, era impensable festejar masivamente una fecha patria, como era impensable llorar masivamente la muerte de un líder político.

    El 2010 no fue un año más, sino que fue un año de grandes apuestas, de Puebladas inmensas, de profundizaciones a través de las cuales se hizo más evidente la emergencia de la Nueva Argentina. Sin embargo, la Vieja Argentina sigue existiendo. Agazapada entre las sombras, continúa esperando la oportunidad de retrotraernos a las épocas oscuras en donde ella imperaba. El primer intento del año, fue en enero, con la cuestión de Redrado y el Banco Central. Hubo varios más en el año. El último de ellos, fue la semana pasada, en Constitución, donde sectores de una supuesta izquierda en alianza con lo más arcaíco de la derecha, buscaron generar el caos en unas fechas muy significativas dentro de nuestra historia reciente. La alianza entre esa “izquierda” y la derecha, no debe asombrarnos, tanto unos como otros tienen como objetivo político principal, debilitar y desarticular al Proyecto Nacional y Popular para reinstaurar el régimen que nos gobernó durante décadas. Ambas se vieron beneficiadas en los tiempos del neoliberalismo. Unos gobernando, otros haciendo una cómoda oposición. Tanto unos como a otros, hoy sólo son visibilizados en la mesa de la “Señora” compartiendo cordiales almuerzos, o en el programa dominical de aquél que supo dedicarle una reflexión de tipo teológica a López Rega, llamada “La meditación del elegido”.

Está claro que todavía hay demandas legítimas, trabajadores tercerizados, personas con necesidades básicas insatisfechas y chicos que andan en los carros de sus padres cartoneros. Sin embargo, también está claro que sólo es este Proyecto el que puede terminar de saldar dichas deudas sociales. Se hizo mucho, hay que hacer todavía mucho más. No hay más alternativa que comprometerse con el Proyecto y profundizarlo, para continuar haciendo la Patria que deseamos.




   
  
  

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