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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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martes, 16 de noviembre de 2010

Néstor Kirchner y los Derechos Humanos

opinión. Agora...a diario 16/11/2010



Edgardo Pablo Bergna



El 25 de mayo de 2003 Néstor Kirchner asume como presidente de la Nación. La condición necesaria, de posibilidad digamos, para su nombramiento, giraba en torno al restablecimiento de las relaciones de poder entre la “economía” y la política. Su mentor: Eduardo Duhalde.



El siglo XXl se abrió en la Argentina al compás de una consigna: “que se vayan todos” tal consigna provenía de una plaza en estado de sitio que dejó 32 muertos en el país, y una economía desvastada; se puede decir que la situación representó en esos días de diciembre de 2001 lo mas feroz de la dictadura: supresión de derechos constitucionales, represión y opresión económica para la mayoría de los argentinos. Se produjo una escisión entre “los” políticos y el pueblo, mientras el poder económico, empresas y bancos, fugaban divisas al exterior. Dándose también una escisión entre “los” políticos y el poder económico.



Tras la salida del expresidente Fernando De la Rua se sucedieron vertiginosamente Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saa y Eduardo Camaño, todos, asumieron y renunciaron al cargo vacante dejado por De la Rua entre el 20 de diciembre de 2001 y el 2 de enero de 2002.



Eduardo Duhalde asume, de hecho, el 2 de enero de 2002 para gobernar hasta diciembre de 2003, con todo, tuvo que anticipar seis meses el llamado a elecciones. El 26 de junio de 2002, durante el desalojo de una protesta en puente Pueyredón, caen Maximiliano Kosteki y Darío Santillán asesinados por la policía bonaerense. El gobierno nacional y el provincial a cargo del gobernador Felipe Solá trataron de atribuir el asesinato a los grupos piqueteros y de ocultar el diseño de una política de represión y judicialización de la protesta social. La política contra la protesta social se vinculaba a las negociaciones que se venían dando con el Fondo Monetario Internacional. No se iban a hacer concesiones ni se tolerarían mas piquetes y cortes de calles y rutas, de esa manera, se mostraba que el gobierno podía controlar la protesta en las calles a fin de “encajar” con las exigencias del FMI.



La forma en que actuaron la Policía Bonaerense coordinadas con Prefectura, Gendarmería y Policía Federal, demuestran que el “operativo” del 26 de junio de 2002 había sido preparado y se ajustaba a una peculiar forma de “pacificar el país” propio de la dictadura y, en democracia, exigido por la derecha nacional



Termina el ciclo del interino Eduardo Duhalde con algunas “tareas” pendientes, hoy, se puede señalar, que Eduardo Duhalde pretendía “pacificar el país” como lo demostró en las calles, y lo ratificó hace muy poco: “tenemos que parir en 2011 un gobierno para el que quiere a Videla y para el que no” dijo en febrero de 2010. Antes, durante su interinato, en 2002, había logrado la derogación de la ley de “subversión económica” por expreso pedido del FMI, misión que pretendía reconstruir las relaciones entre los políticos y el poder económico, como lo demostró en agosto de 2010 cenando en casa de Héctor Magnetto CEO del grupo de medios opositor al gobierno de Cristina Fernández



Algo mas oscuro y que no llegó a cumplir, fue el proyecto de ratificación de las leyes de impunidad e indulto a los genocidas de la dictadura, en tanto que, se precipitaron las elecciones, pero su sucesor, esperaba el interino, haría el trabajo: ratificaría las “leyes del perdón” y, la sumisión de la política a la economía.

Néstor Kirchner iba a ser la cara visible, una cara nueva sin duda. Alguien poco conocido a nivel nacional que se ajustaba a la coyuntura. El interino no sospechaba que quien asumía, iba a actuar de manera contraria a lo esperado por él y el poder real y que en Kirchner había in nuce un proyecto transformador en la política de Derechos Humanos.



La forma de enfrentar el tema de los Derechos Humanos es consistente con la relación entre política y economía. Subsumir la política a la economía necesita de un campo “limpio” libre de confrontación y de actividad militante y partidaria, “tarea” realizada por la dictadura para instaurar el modelo económico que tuvo su acmé en los ´90, y de las fuerzas de seguridad interior en las democracias anteriores al gobierno de Néstor Kirchner. Es imposible actuar con firmeza frente a las violaciones de los DDHH si éstas actúan para eliminar las causas que se oponen al modelo económico elegido (de exclusión social y sometimiento) que fue desde la dictadura hasta mayo de 2003.



Nunca antes del gobierno de Néstor Kirchner, se avanzó tanto en políticas de DDHH: juicio y condena a los actores de la dictadura y firme convicción de no reprimir la protesta social. Esto es necesario si se relaciona con un proyecto económico redistributivo; es absolutamente ineludible la irrestricta observación permanente de los Derechos Humanos, si se pretende cambiar la lógica de la distribución de la riqueza, en tanto que, los sectores concentrados de poder económico no deben disponer en su reacción de las Fuerzas Armadas y de Seguridad y para ello no debe haber olvido ni perdón para quienes los violaron.



Los DDHH de primera generación fueron los primeros en encontrar respuesta en el gobierno de Kirchner, derechos civiles y políticos que fueron conculcados por la dictadura, aseguraron su respeto a partir de juicios y condenas tras la derogación de los indultos y las leyes de punto final y obediencia debida. Durante el gobierno de su sucesora, la presidenta Cristina Fernández, se dio lugar a los DDHH de segunda generación, su materia es la igualdad, son derechos económicos sociales y culturales. Leyes como la asignación universal por hijo, casamiento igualitario y la inclusión de los pueblos originarios (censo 2010) son ejemplos.



El 27 de octubre de 2010 muere en Santa Cruz Néstor Kirchner a los 60 años. “un manotazo duro, un golpe helado…” dice el poeta Miguel Hernández en “Elegía”, poema para su amigo Ramón Sijé. El flaco, de un solo golpe nos dejó una plaza increíble como su muerte. Se llevó los pañuelos de las Madres y las Abuelas, las de la plaza. Ellas, rindieron su homenaje, no darían así nomás su pañuelo, su símbolo, el símbolo de los Derechos Humanos. Ellas se lo dieron.




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