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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿Unidad nacional o Unión Democrática?




Maximiliano Basilio Cladakis

   Hace unos meses, Joaquín Morales Sola criticó a Kirchner por tener como principales aliados a sindicalistas y piqueteros en vez de a empresarios. Es de imaginar que al periodista del diario de los Mitre, le debe caer mucho más en gracia Duhalde, ya que  este sí busca tener el apoyo político del alto empresariado, tanto nacional como internacional, y nunca de sindicalistas o piqueteros (¿alguien considera realmente a Barrionuevo un sindicalista?). En las últimas semanas, el ex senador devenido en presidente a partir de las intrigas políticas, buscó la bendición de sectores tales como la Cámara de Comercio Argentino-Británico y la UIA. Precisamente, frente a representantes de esta última, hace unos días, lanzó su eslogan de “Gobierno de Unidad Nacional”.

    El ex “cacique” del Conurbano sostuvo la necesidad de un acuerdo entre las distintas fuerzas políticas para reconstruir la Nación. De aquí, pueden surgir, al menos, dos preguntas. Primero ¿a qué fuerzas políticas se refiere para esa supuesta reconstrucción? Segundo, ¿qué es lo que hay que reconstruir de la Nación? Con respecto a la primera pregunta, Duhalde las mencionó directamente. Las fuerzas que deben confluir en el Gobierno de Unidad Nacional son: el PJ disidente, la Coalición Cívica y la UCR. Es decir, que, obviamente, el kirchnerismo queda afuera de dicho Gobierno. No es casual esto, lo que nos lleva a la segunda pregunta. En efecto, el kirchnerismo queda fuera del “gran acuerdo” porque lo que hay que reconstruir de la Nación gira en torno a los “horrores” cometidos por este. La Unidad Nacional  es una unidad contra esta fuerza política.

   Queda claro, por lo tanto,  que el sueño de Duhalde, aunque él no lo diga, no es sino el surgimiento de una nueva Unión Democrática. Si en los años ´40 y ´50, el gran monstruo al que había que combatir, dejando las diferencias partidarias (¿e ideológicas?) de lado, era el peronismo, ahora ese monstruo se llama kirchnerismo. Imaginemos que esa nueva Unión Democrática lograra conformarse. Ella buscaría (como lo buscan ahora pero de manera individual) el apoyo del alto empresariado, de la Iglesia y del “Campo”, lo que nos habilitaría a decir  aquello que, en el 18 Brumario, Marx le atribuía a Hegel: la historia se repite.

   Radicales, progresistas, conservadores ¿peronistas? (esto es quizás la única novedad), conformando un frente único que, con el apoyo de las grandes corporaciones, luche contra un movimiento nacional y popular. Faltarían los militares y el cuadro estaría completo.




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