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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

La libertad de prensa es efectivamente libertad de empresa




Maximiliano Basilio Cladakis



Un grupo de sindicalistas bloqueó la salida de tres distribuidoras de diarios en reclamo a Clarín y a La Nación. El motivo del reclamo era, por un lado, una mejor remuneración salarial para los trabajadores de dichas corporaciones, por otro, para que estos tengan la posibilidad de la actividad sindical. Tanto en Clarín como en La Nación, esto se presentó como un ataque del Gobierno a la libertad de prensa, ya que no se permitió la “normal” circulación de los periódicos. ADEPA, algunos periodistas y la Oposición manifestaron su repudio a este hecho. Silvana Giudici dijo que "todo esto forma parte de un plan perfecto del Gobierno para eliminar el pensamiento crítico y la crítica periodística”. Su correligionario, Gerardo Morales, la secundó: "es una nueva muestra de la necesidad de control de los medios".



Con respecto a la acusación, hay dos puntos para señalar. En primer lugar, para afirmar que el Gobierno dio una orden para que se realizara el bloqueo, se requiere una demostración. Si se habla de periodismo “serio e independiente”, no se puede hacer acusaciones sin tener las pruebas necesarias. De lo contrario, no se trata más que de hipótesis pronunciadas con intención performativa (en este caso, forjar en la opinión pública la idea de que el Gobierno desea coartar la libertad de expresión). Si se infiere que el Gobierno es responsable sólo porque los sindicalistas pertenecían a la CGT y supuestamente la CGT es oficialista, entonces, podríamos “acusar” de todo a cualquiera, tan sólo por encontrar algún vínculo con alguien que haya hecho algo.



En segundo lugar, lo que es más importante: tanto Clarín como La Nación se escudan en la “Libertad de prensa” para defender sus intereses corporativos. Quedó en evidencia cuando se inició la discusión sobre la Ley de Medios. En este caso, vuelven a quedar en evidencia. El reclamo de los sindicalistas era totalmente legítimo. Es sabido que ninguno de los diarios respetan los derechos laborales existentes. Despidos masivos, persecución a los gremialistas, incluso existen prohibiciones para que los trabajadores se articulen en gremios. Ambos periódicos son empresas que se manejan bajo la lógica perdida/ganancia, el trato dado a los trabajadores tiene como razón esta lógica. Si bien, en este sentido, actúan como cualquier empresa privada, lo novedoso es que la defensa de los derechos de los trabajadores conlleve a la acusación de coartar la libertad de expresión. A toda empresa, le molesta que sus empleados reclamen sus derechos, pero sí se hace frente a un multimedios se incurre en agresión a la prensa. Bajo el lema de “libertad de prensa”, se intenta, entonces, consolidar la “impunidad” de las corporaciones económicas, que, como sabemos, es lo que son los grandes medios. Se trate, tanto de las críticas que pueden realizarse desde la política o desde la intelectualidad, como de cualquier intento de reivindicación salarial, todo lo que atente contra sus intereses es considerado como un ataque a la libertad de prensa.



Llevando la lógica al extremo, la derogación de las leyes de flexibilización laboral realizada  durante el Gobierno de Nestor Kirchner fue también un ataque a la libertad de prensa. Pues, para Clarín y La Nación (y también para la Oposición) la libertad de prensa es, simplemente, libertad de empresa.






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