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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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viernes, 6 de noviembre de 2009

La concepción macrista de “vecino”




Maximiliano Basilio Cladakis





Una constante en los discursos de Macri es hacer uso del término “vecino”. Son incontables las veces que ha pronunciado frases como “trabajar para los vecinos”, “resolver los problemas de los vecinos”, “que el vecino esté bien”. Esa categoría, es decir, “vecino”, tiene una clara intención: presentarse como categoria “apolítica” y “desideologizada” (recordemos que, para Macri, “política” e “ideología” son casi malas palabras). Hablar de “vecino” es similar a hablar de “gente”, a primera vista no parecen tener un sentido “político” ni “ideológico”. De manera distinta suenan palabras tales como “pueblo”, o “clase social”, o “corporaciones”. Ya las palabra mismas, según quien las diga y como las diga, parecieran señalar una posición “política” e “ideológica”, ni hablar de términos como “oligarquía” o “trabajadores”. En parte, es verdad, en un primer momento, la palabra “vecino” no parece tener ningún contenido “político”. La primera definición que da el Diccionario de la Real Academia Española es: “que habita con otros en un mismo pueblo, barrio o casa, en habitación independiente”. Hasta aquí podemos decir que la utilización del término no pareciera tener un claro sentido político o ideológico. Sin embargo, la segunda definición, cambia un poco esta impresión: vecino es el “que tiene casa y hogar en un pueblo, y contribuye a las cargas o repartimientos, aunque no viva en él”. Ya no se trata de vivir o no en un barrio o pueblo, sino de poseer propiedades en él y de contribuir en el gasto público, aún cuando no se viva en ese pueblo o barrio. Hay, también, una tercera definición: el vecino es aquel “que ha ganado los derechos propios de de la vecindad en un pueblo por haber habitado en él durante el tiempo determinado por la Ley”. Y, por último, una cuarta: vecino aparece como sinónimo de “cercano, próximo”.



Con respecto a la primera, no se refiere más que a una cuestión de ubicación, casi geográfica. Sin embargo, en la segunda a lo que se hace referencia es a una clase social determinada. Vecino no es simplemente “el que habita tal barrio o pueblo”, sino el que posee propiedades en ese barrio o pueblo. Precisamente, con la sola condición de poseer dichas propiedades, no hace falta residir en el lugar de donde se es “vecino”, mientras que el que habita en ese barrio o pueblo, sin ser propietario, no posee dicho privilegio. Con respecto a la tercera, no hay mucho que decir. Sin embargo, la cuarta es interesante. Ser “vecino” significa ser “cercano” y “próximo”. Muy probablemente, el Diccionario se refiera a una cuestión geográfica, ya que, como adjetivo, la palabra “vecino” se refiere también a ciudades o países que se encuentran a no mucha distancia entre sí. Con todo, también hay otro significado, ya que puedo decir que alguien es cercano o próximo a mí, porque siento un vínculo de identificación con él, que no tiene que ver necesariamente con la distancia espacial. En este sentido, “próximo” y “cercano”, también pueden ser comprendidos como sinónimos de “semejante”.



Ahora bien, como decíamos al comienzo, el sujeto al que supuestamente van dirigidas las políticas de Macri es al “vecino” de la Ciudad de Buenos Aires. Justamente, hoy, tras la desaparición de la UCEP como órgano operante del Gobierno de la Ciudad, el líder del PRO afirmó que este grupo de choque “funciona bien y les da un buen servicio a los vecinos”. En este sentido, podemos observar que, cuando Macri habla de “vecinos”, no emplea el término ni en la primera, ni en la tercera acepción (la tercera acepción marcaba que la categoria de “vecino” era dada por el tiempo que se llevaba residiendo en un barrio o pueblo, sin embargo la cuestión temporal no es de importancia para Macri), sino que lo utiliza mezclando la segunda y la cuarta. El “vecino”, para Macri, es aquel que posee propiedades y que paga sus impuestos, que manda a sus hijos colegios privados y tiene una obra social que resguarda su salud. El “vecino” es el que “es como uno”, es decir, el cercano o próximo al mismo Macri. . De aquí que el “vecino” y el “habitante” no son lo mismo, sino que pueden, incluso, aparecer enfrentados. El pobre, el marginal, el excluido, el sujeto social que se ve afectado por los desalojos y la violencia de la UCEP son lo Otro del “vecino”, lo “no-semejante”. Entre el “vecino” y este, no hay vecindad posible. Por eso, dichos desalojos representan un buen servicio a los “vecinos”. Los desheredados son una molestia para estos. Por un lado, afean la ciudad, “su” ciudad; por el otro, el simple hecho de verlos puede conllevar una extraña mezcla de terror y de culpa.



Gobernar para los “vecinos” como lo hace Macri, es gobernar ideológica y políticamente (como no puede ser de otra forma, por cierto); sólo que su ideología se nutre, en vez de en la inclusión, en la exclusión. Sólo se habla de “ideología” e “intereses políticos” (otorgándoles a ambos conceptos una valoración negativa) cuando se trata de un Gobierno que se basa en la inclusión y cuando el sujeto socio-político al que van dirigidas las políticas gubernamentales no son unos pocos sino las grandes mayorías.






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