Ágoraa diario la arena política

realidad en blanco y negro...

Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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miércoles, 11 de octubre de 2017

Una elección

opinión. Agora...a diario 10/10/2017


Maximiliano Basilio Cladakis

   El eje de las elecciones legislativas que acontecerán en unos días no se despliega sobre una mera disputa entre partidos en el sentido burocrático-formal del término. Tampoco se trata de una disputa entre personalidades individuales, a modo de un reality televisivo, donde lo que se premia o castiga es la simpatía o  antipatía hacia una candidata o candidato, tal como si se tratase de “estrellas mediáticas”. Comprender la esencia de las próximas elecciones a partir de la primera forma o de la segunda es enmascarar el núcleo que constituye la disputa real que se desarrolla en nuestro país.

   La antinomia entre neoliberalismo y democracia es el suelo fundamental sobre el que discurre el devenir político de la Argentina, cualquier otro eje de disputa es absolutamente secundario. Las identidades políticas tradicionales, se trate del peronismo o del radicalismo, se diluyen en la forma de ornatos que sólo adquieren significado a partir de la toma de posición dentro del agon entre los dos polos de oposición mencionadas. Neoliberalismo y democracia son las alternativas sobre las que deberemos elegir. Elegir un sello, una bandera, una simpatía personal es, o bien ignorar lo que realmente está en juego, o  bien, ser cómplice de un ocultamiento deliberado acerca del posible devenir de nuestro país.

    Dentro de poco tiempo, se cumplirán dos años del triunfo de la Alianza Cambiemos en las elecciones presidenciales de 2015. Ese triunfo significó la reinstitución del proyecto neoliberal en nuestro país. Dicha reinstitución estuvo signada por el cercenamiento progresivo de derechos. Aconteció, y acontece, pues,  un proceso permanente de cercenamiento de la democracia. Despidos masivos, pauperización  del poder adquisitivo de las grandes mayorías, desmantelamiento de la educación y de la salud públicas, presos políticos,  represión, llegando, incluso, a suceder lo impensable: la desaparición forzada de personas. Se trata de algunos de los síntomas de una época marcada por el triunfo del neoliberalismo en nuestro país.

    El sentido de las próximas elecciones, por tanto, es el de dar o no el aval a este proceso de consolidación del neoliberalismo y su consiguiente proceso de aniquilación de la democracia. Si bien puede sonar paradojal y contradictorio decir que, en una elección democrática, está en juego la democracia misma, se trata de una dilema real. La reducción del concepto de democracia a la elección de cargos públicos cada dos años es una de las estrategias del poder real (el neoliberalismo es la transfiguración del mundo de acuerdo a los deseos de ese poder real, la creación de un mundo a su imagen y semejanza) para socavar los cimientos de la democracia. Las elecciones son condición necesaria pero no suficiente para el despliegue de una vida democrática auténtica.

   La democracia es un sistema no sólo de elección de funcionarios sino, también, un sistema de derechos: derecho al trabajo, derecho a expresarse libremente, derecho a la educación, derecho a la salud, derecho a una vivienda digna. Hoy mismo, al cercenar varios de estos derechos, la Argentina se encuentra en una zona difusa donde la democracia de origen fluctúa hacia una especie de tiranía o dictadura del mercado, sin anular por ello el proceso eleccionario clásico del sistema democrático de acceso a cargos públicos.

    En este sentido, Unidad Ciudadana es la única oposición real, efectiva, verdadera, al proceso de desmocratización de nuestras vidas, la única alternativa, hoy, al avance irrefrenable del neoliberalismo. Pues no se trata solamente de “hacer frente” a la Alianza Cambiemos.  Dicha alianza, como sus funcionarios, no son otra cosa que figuras que responden al poder real, figuras que pueden ser reemplazables.  El oficialismo  es el neoliberalismo, no un simple partido político, y dentro del oficialismo hay otros partidos además del hoy gobernante. Por un lado, se encuentran aquellos que potencialmente podrían ser reemplazantes del actual gobierno en el futuro para continuar el mismo proceso de desmantelamiento de la democracia. Por otro, se encuentran también algunas fuerzas minoritarias que sirven al neoliberalismo distrayendo la atención, haciendo oposición a la oposición real. Tanto unos como otros cumplen su función dentro del despliegue del poder real en su proyecto de instaurarse.

   La elección por la democracia, hoy, es la elección por Unidad Ciudadana.

   

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