Edgardo Pablo
Bergna
La Oposición Real se hace eficiente cuando
llega al ejercicio del Poder Ejecutivo del Estado siendo capaz de producir
cambios y no deja de ejercer oposición al Poder Real durante todo su ejercicio.
Su situación es la disputa permanente. La disputa por el poder político es la
disputa por el acceso al Poder Ejecutivo y además disputa por la
“representación” Disputa por lo político.
Desde el Poder Ejecutivo Nacional se representa
al pueblo en ejercicio democrático o se representa al Poder Real; en ese caso
será un gobierno democrático de origen pero no lo será en ejercicio pues su “objeto”
de representación no es el pueblo (Demos) quienes ocupen el PEN como gobierno
en dichas circunstancias será una máscara del PR.
Quienes gobiernen en nombre del PR, sean
gobiernos de gerentes, o políticos cooptados, siempre son figuras de cambio bajo
la lógica de bipartidismo “centro democrático” (democrático en virtud del acceso por votos o de “golpe” con
acciones validadas institucionalmente por el mismo PR con anterioridad) Lo que
llamamos “centro democrático” es un eufemismo para las derechas conservadoras
restauradoras de privilegios de clase.
Con todo, en el caso de que el “objeto” de
representación sea el Pueblo, como en el caso del Kirchnerismo, la relación
representante-representado se subjetiva y el Pueblo pasa a ser sujeto político.
Representantes y representados no pierden sus determinaciones, con todo la
síntesis se realiza en Poder Popular a partir del valor de empoderamiento.
Como lo planteara J W Cooke en 1966
refiriéndose al peronismo y adaptado a nuestros tiempos, el Kirchnerismo es la
única fuerza real y concreta que nuestra realidad social originó como oposición
- Oposición Real diríamos nosotros- al gobierno de la alianza Cambiemos. En ese
sentido los valores (empoderamiento) desplegados por los gobiernos de Cristina
Fernández y de Néstor Kirchner siguen “vivos” en situación de Oposición Real.
Kirchnerismo, entonces, es la fuerza que se oponga a Cambiemos con esos valores
“vivos” “efectivantemente” tanto en sus políticas cuanto en el concepto, pues,
el núcleo ideológico y las políticas se contienen dialécticamente.
Toda política de la alianza Cambiemos,
aunque en su contingencia pudiera parecer provechosa para el pueblo, dada su matriz
ideológica es perjudicial. Entonces una vez internalizada la delimitación
ideológica, se ve con nitidez la imperiosa necesidad de oponerse a las políticas
del gobierno, siempre, dentro de los límites constitucionales.
Así mismo la alianza Cambiemos es, en el cuadro
de opuestos Aristotélico, contraria jamás contradictoria. El Kirchnerismo es
oposición contraria, en tanto que no tiene con el gobierno actual ninguna
coincidencia teórica y cualquier política que se convalide lo demostraría tan inmediatamente
como viene pasando con el apoyo dado por la oposición (a secas), que está en
contradicción dialéctica dándole la posibilidad al PR de encontrar entre sus
filas una opción superadora al actual presidente que surja por los votos y
represente los mismos intereses que hoy defiende el gobierno.
El
Kirchnerismo se superará dialécticamente determinándose con los mismos valores
que mediaron en los dos momentos: el de Néstor y el de Cristina. Un tercer momento
del Kirchnerismo debe contar eficientemente con los dos momentos antedichos.
“Contar eficientemente” es reconocer a los dos momentos anteriores como causa y
finalidad de un tercero que contenga a los momentos uno y dos, donde lo
principal y presente sean indudablemente y en absoluta simetría los tres
momentos. Y cuya única mediación y determinación, en tanto diferencia
específica, sea el valor del Empoderamiento Popular. El tercer momento del
Kirchnerismo (Poder Popular) quedaría constituido por la síntesis dialéctica entre
Oposición Real y Empoderamiento Popular.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario