Edgardo Pablo Bergna
Las
marchas de la resistencia son una manifestación llevada a cabo, primero, por
madres de plaza de mayo y luego por abuelas desde el año 1981. Estaban impulsadas
por el permanente despliegue de acciones que hollaban los derechos humanos en el
momento mas intenso de la dictadura cívico-militar
cuyo modus operandi fue el tormento, la muerte la desaparición de personas. Genocidio
reconocido en todo el mundo incluso al punto de tomar el nombre “Desaparecido” conexo a aquello que lesiona el concepto de humanidad. El
nombre “Desaparecido” contiene todas las formas del crimen de “lesa humanidad”
En enero
de 2005 las marchas de la resistencia se dejaron de realizar en el marco de las
medidas tomadas por el gobierno de Néstor
Kirchner, quien restableció los juicios a los genocidas después de la anulación
de las leyes de impunidad e indulto, vigentes entre 1986 y 1990.
El 26 y 27
de agosto de 2016 a poco mas de ocho meses del gobierno de Mauricio Macri, se
retomaron. Las marchas de la resistencia tienen sus raíces en lo descripto arriba,
pero su actualidad está plenamente acreditada por las acciones y proposiciones
de funcionarios, y del mismo Presidente, respecto de la posición tomada frente
a la cuestión de los Derechos Humanos en general y del número de desaparecidos
en particular.
A la vez
que en el plano de las políticas económicas están implementando las mismas
fórmulas que en tiempos de dictaduras y democracias negacionistas, señoras del
olvido. En este contexto no se puede dejar de pensar en las palabras de Rodolfo
Walsh escritas en marzo de 1977 donde resaltaba que: En un año han reducido ustedes el
salario real de los trabajadores al 40% un hecho entre tantos
hechos de devastación económica que
durante esa dictadura fue, sin duda, el objetivo fundamental realizado por el
poder real en manos de oligarquías para quedarse con los bienes materiales del
pueblo y el agente disciplinador
materializado en las fuerzas armadas quienes se cobraron con su sangre.
Por esa
razón valen las marchas de la resistencia, en nombre de todos los que dieron su
vida, en nombre de quienes fueron y son vulnerados por las derechas
neoliberales-conservadoras del statu quo
en beneficio de sus propios intereses y
conveniencias.
Resistencia
es la cotidianidad del militante en la lucha continua a favor de los oprimidos
y olvidados, las movilizaciones, las
plazas colmadas… Reivindicamos en su pleno sentido el concepto de resistencia
hoy denostado por un “sentido común” envenenado por los medios hegemónicos, que
tratan de amedrentar a sus audiencias mostrando a la militancia que resiste las
políticas de exclusión con políticas activas, en las calles, en las plazas en
el ágora, como hechos de barbarie desestabilizadora. Miedo inyectan a su “gente”
para que vean al militante como delincuente y se arrimen a los “voluntarios”
propuestos por las derechas agorafóbicas.
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