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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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lunes, 4 de julio de 2016

Cristina es Pueblo

opinión. Agora...a diario 04/07/2016




Maximiliano Basilio Cladakis

   El lema “Cristina es pueblo” no es una mera frase de campaña. Por el contrario, es una sentencia profunda que lleva en sí la potencia develadora de las grandes disputas que han atravesado a nuestro país los últimos años. La ampliación y reconocimiento de derechos acontecidos durante los últimos tres gobiernos nacionales tienen en Cristina su encarnación concreta. Cristina es la figura actual de aquel periodo que benefició a los sectores vulnerables de la población y delimitó el poder omnívoro del capital concentrado y de las corporaciones económico-comunicacionales. Gramsci definía al pueblo como los sectores que se encuentran en relación de subalternidad con respecto a las elites dominantes. Precisamente, las políticas llevadas a cabo por Néstor y Cristina tendían a extender los límites de lo posible para dichos sectores.

   El actual presidente Mauricio Macri es, por el contrario, el representante de ese capital concentrado que hoy se encuentra en un periodo de fortalecimiento y de avance para ganar el terreno perdido durante doce años. La llegada de la Alianza Cambiemos al Poder Ejecutivo de la Nación representó, sobre todo, la toma del aparato estatal por parte de un entramado político, económico y cultural constituido, entre otros, por la oligarquía agroexportadora, los capitales especulativos transnacionales, las corporaciones multimediáticas y amplios sectores del Poder Judicial (hoy ya constituido, en la práctica, como “Partido Judicial”). La finalidad de dicha alianza no es otra que extender sus intereses por sobre cualquier otro interés; es decir, que su interés sea el único interés. A la entente restauradora la moviliza, pues, una voracidad absoluta y para satisfacerla, necesariamente, debe cercenar los derechos de las grandes mayorías populares.

   No es casual, por lo tanto, que el avasallamiento de derechos que se está llevando hoy a cabo, vaya aparejado con el hostigamiento y persecución permanente hacia Cristina. Se trata del mismo proceso. En un acto realizado en las Plazas del Pueblo de San Martín, el diputado Edgardo Depetri dijo que tocar a Cristina no sólo es llevarla a declarar a Comodoro Py, sino que es también realizar despidos masivos, aumentar exponencialmente el nivel de pobreza, atropellar los avances hechos en el sistema previsional, etc. “Cristina es pueblo” porque su obra amplió los derechos del pueblo y mejoró las condiciones materiales de existencia de este. Desterrar la figura de Cristina al descredito, bajo el fantasma de la corrupción, es una táctica para deslegitimar su obra y la de Néstor Kirchner, el compañero de toda su vida. 

   Esto último es fundamental: Cristina es Pueblo y Cristina es, también, Néstor. Recordemos, siempre, que ensalzar a una figura que atentó contra los intereses del establishment tras su desaparición física para contraponerla a la de su continuador es una táctica constante: pasó con el Che respecto a Fidel, pasó con Perón respecto a  Néstor y, hoy pasa, con Néstor  respecto a Cristina.

   

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