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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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jueves, 14 de abril de 2016

Cristina

opinión. Agora...a diario 14/04/2016





Maximiliano Basilio Cladakis

   Cristina volvió a hablar en público y lo hizo frente a una comunidad. En tiempos donde las lógicas serializantes se han convertido en hegemónicas, el discurso pronunciado por la ex presidenta se desplegó frente a un “nosotros”, no frente a una mera y abstracta sumatoria de “yoes”. Banderas, símbolos, valores e ideales constituyeron ese “ser común”  (que no anula las individualidades sino que las enriquece) que se congregó en un acto de apoyo que devino en acto de reafirmación de una identidad política, ética e ideológica: el kirchnerismo.

   El discurso de Cristina dejó en claro, al menos, tres cuestiones. Por un lado, que, aún sin ocupar ningún cargo público, continúa siendo la líder indiscutible del movimiento nacional-popular. Por otro, que el kirchnerismo es el antagonista real de la fuerza que hoy gobierna la Argentina. En tercer lugar, las palabras de Cristina fueron un manifiesto de coherencia y consistencia. Lejos de toda especulación, lejos de todo atisbo de mercantilización de la política, el marcado sentido ético-ideológico del discurso aleja cualquier duda que alguien pudiera tener. Cristina sigue manteniendo en alto las mismas banderas que cuando presidia el Poder Ejecutivo.

   Cristina pronunció su discurso tras cuatro meses del gobierno de la Alianza Cambiemos. En esos ciento veinte días, la Argentina se reconfiguró política y económicamente en pos de los intereses de los sectores concentrados de la riqueza. El reencuentro del movimiento nacional-popular con su líder se dio, además, en un marco más que simbólico. Cristina siendo llamada a indagatoria a partir de una “causa” que no puede ser llamada “causa” por un juez que no dudo en acribillar a balazos a dos personas, evidencia un polo de oposición y de antagonismo donde, de un lado, se encuentra lo nacional-popular y, por el otro, los grandes poderes corporativos.

   Cristina lo remarcó varias veces en su discurso: los grandes grupos corporativos están avasallando los derechos de los sectores vulnerables de la población. Despidos masivos, represión, presos político, persecución ideológica, etc. “Los argentinos estamos perdiendo la libertad”, dijo, incluso. Dentro de esos polos de oposición, el kirchnerismo representa los intereses y derechos de las mayorías. Frente a este proceso de cercenamiento de libertades y derechos, Cristina no sólo realizó una descripción sino que, también, planteo una alternativa: unidad y organización.

  La unidad y la organización se avizoran, pues, como el gran desafío del movimiento-nacional popular para resistir esta etapa y proyectarse nuevamente como posibilidad de gobierno. Quien escribe considera que el liderazgo de Cristina es uno de los ejes fundamentales para la cohesión de este movimiento del que se siente partícipe.



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