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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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domingo, 16 de diciembre de 2012

La foto del 14 D o praxis

opinión. Agora...a diario 17/12/2012



Por José Antonio Gómez Di Vincenzo

No es una pirueta retórica producto del azar, no es para nada fruto de la casualidad y por último, no es un dato menor que haya sido, precisamente, Alicia Kirchner, la Ministra de Desarrollo Social, la que se embarra en la solución de los problemas concretos en el día a día, fogueada en la praxis política, la persona que mejor definió la situación en torno al fallo del juez Alfonso. Alicia Kirchner dijo: "Hay que seguir transformando todos los poderes del Estado porque todavía hay mucho por cambiar. Nosotros no nos basamos en el 7D o 20N, sino que estamos todos los días del año jugándonos y trabajando por un país más justo".

El fallo de inconstitucionalidad constituye un paso adelante, es innegable. Un motivo más para festejar el triunfo de la democracia frente al poder de las corporaciones mediático-económicas que juegan a favor de intereses a veces difíciles de poner sobre el tapete por lo mezquino y antipopular de sus propósitos.

La plena vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LdSCA) posibilita al Estado (y el Estado somos todos y no el gobierno) comenzar a desarticular la posición dominante del único grupo que mediante todo tipo de piruetas logró estirar plazos, subsumir el poder estatal democrático a sus intereses económicos y estratégicos desde el punto de vista político.

La LdSCA amplía la democracia, favorece la reproducción de lo múltiple, extiende la libertad de expresión, hace todo lo que el grupo decía que trabaría. Y habría que persistir en las casillas del analfabeto político para no darse cuenta de que la LdSCA juega un rol estratégico a la hora de reforzar la democracia y construir un poder estatal firme que logre avanzar sobre los intereses mezquinos que históricamente se opusieron a toda transformación a favor de las mayorías populares y sus aliados externos, esos dispuestos a abrir puertas de embajadas para el lobby y la conspiración.

El denominado cuarto poder construye opinión. Lo hace sin blanquear posiciones, lo hace no desde esa supuesta objetividad y neutralidad sino desde un posicionamiento estratégico a favor de intereses bien concretos, particulares y opuestos al bien general.

Tras la crisis que sobrevinieron en nuestra región, producto del neoliberalismo y su capacidad de destrucción de la política y su sobrevaloración de la economía tanto en lo formal y explícito del funcionamiento institucional como en las subjetividades, todo un desafío se nos presenta a la hora de reconfigurar el funcionamiento de nuestras democracias, de los partidos políticos, de la articulación entre representantes y representados.

Hace casi cien años, desde la cárcel, el gran marxista sardo, Antonio Gramsci nos decía de lo importante que eran las instituciones democráticas y los partidos políticos para llevar a cabo una lucha contra hegemónica opuesta a la que todos los días dan los sectores particulares y concentrados del capitalismo; lo central del análisis histórico concreto partiendo del estudio de la formación económico social para la formulación de un plan estratégico y para la capacidad de llevarlo a cabo y reformularlo cuando sea necesario para ir hacia una sociedad más justa e igualitaria.

El denodado esfuerzo por reconstruir nuestras democracias exige poner sobre la mesa el problema de los medios y las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Entrado el siglo XXI asistimos a nuevas formas de golpe estatal y construcciones destituyentes de las que ya varias democracias en América Latina fueron víctimas. En todas jugaron un rol específico los medios de comunicación.

El imperio de lo etéreo virtual que logra penetrar en el imaginario del sujeto consumidor incauto se impuso por sobre la conspiración militar ya fuera de moda o el partido político nervioso tocando las puertas del cuartel. Un nuevo suelo alimenta la semilla antidemocrática, antinacional, antipopular desde hace años, el de las subjetividades colonizadas y esclavizadas por los medios y funcionales a intereses cuyos propósitos desconocen.

En Argentina la oposición no logra aunarse como partido político capaz de ejercer representatividad. Necesita del medio para conquistar subjetividades. Al no tener bases territoriales sólidas, al ser incapaces de transformar vidas concretas mediante un praxis en el barrio, ineptas  para construir desde lo concreto, la politiquería mediática debe hacerle creer al pueblo que el mundo real es una fantasía, la matriz creada por el gobierno para hacer realidad sus propósitos mezquinos de dominación del mundo. Es de este modo que la asociación de politiqueros y los caga tinta y vociferadores cooptados y comprados tergiversan la realidad basándose en mentiras, en falacias.

El desacople de este combo era fundamental para una política nacional y popular por varios motivos. Para sentar una base, un antecedente que deje claro que se deben ir por la desarticulación de toda posición dominante desde lo económico. Pero, principalmente, para desarticular la conspiración de la antipolítica y obligar a la oposición a armarse en tanto partido o partidos reales ya no virtuales.

No queda claro si los protagonistas actuales de esos virtuales parajes de la politiquería virtual de poca monta pueden lograr la meta de constituirse como espacios densos de transformación concreta o deberemos esperar un recambio que venga desde sus propias bases de sustentación. Por ahora, el territorio es fértil sólo para los que saben abonarlo y trabajarlo, los pibes que volvieron a creer en una política densa que se impone por sobre la economía y las corporaciones, los sujetos de la praxis.

Son estos los que hicieron el 54%, son estos los que quieren ir por más hacia la igualdad y la solidaridad, son estos los no se quedarán nunca anclados en el festejo del 14D, los que como dice la ministra están todos los días del año jugándonos y trabajando por un país más justo para que la virtualidad sólo se imponga en los jueguitos de computadora o en el cine.



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