Ágoraa diario la arena política

realidad en blanco y negro...

Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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domingo, 18 de octubre de 2009

Carta Abierta a L´Unità

Escribimos desde la Argentina y no sería de nuestro interés enviar este escrito si no sintieramos la necesidad de contestar a un artículo previamente publicado por L´Unità, diario que seguimos desde nuestro país por su línea editorial; la cual, aún con la necesaria adaptación a los tiempos que corren, no ha ocultado la huella de su fundador y eso agradecemos.

El miércoles 2 de septiembre de 2009, L´Unità publicó un artículo firmado por el diputado argentino Fernando A. Iglesias: Leggi ad hoc e tv: in Argentina Kirchner studia da Caimano que, creemos, siguió la fórmula que las derechas de nuestro país utilizan para oponerse a la nueva ley de medios audiovisuales: descalificar al congreso, que es vigente hasta el 10 de diciembre, y tergiversar la realidad ya que tienen los medios de comunicación a su disposición en tanto se manifiesten en contra de la mencionada ley. No se ha escuchado, hasta el momento, ninguna crítica “técnica” ni se han publicado los debates llevados a cabo por sociedades intermedias, organizaciones de trabajadores de medios, universidades y académicos en todo el país.

No sabemos donde está la “cadena público-privada de medios subordinados al régimen político” que manifiesta el Diputado Fernando A. Iglesias. Lo que si sabemos y nos consta es que se trata de una ley antimonopólica que lesiona los intereses de los grandes medios de comunicación, los cuales parece defender el diputado en tanto que el 83 por ciento de los contenidos que circulan son propiedad del grupo Clarín y Telefónica. También sabemos que la actual ley vigente (que es la que la nueva ley vendría a reemplazar) surge durante la última dictadura militar que asoló a nuestro país. En esta ley se establece que la condición de posibilidad para obtener la licencia de un medio es que se trate de una asociación con fines de lucro. Esto implica que instituciones tales como universidades, organismos de derechos humanos, y demás, se ven desprovistos de la libertad de expresión que el autor del artículo dice defender con ahínco. La nueva ley establece, por el contrario, que, sin afectar el ámbito privado, instituciones y organismos públicos (no confundir público con estatal como suele hacerse desde las derechas) también contarán con el derecho a expresarse.

Es por esto que la equiparación de la ley que comenzó a debatirse en la Cámara de Diputados con la relación de Silvio Berlusconi y los medios italianos, es, sin intención de sonar desmesurados, un sinsentido. Que el autor de la nota forme parte de un frente opositor al Gobierno Nacional y que, por tanto, su intención más profunda sea descalificar a este, no justifica ni la mentira ni el fraude. Sobre todo cuando de lo se trata es de democratizar la comunicación y la información, que es algo que los argentinos hace ya mucho tiempo que nos debemos.

Tanto la nueva ley como la de la Dictadura se encuentran a disposición de cualquiera; en Internet pueden encontrarse sin ningún problema. Nuestra preocupación es que los lectores de vuestro periódico se vean confundidos con respecto a los acontecimientos de nuestro país. Los únicos que se sienten tocados en sus intereses frente a lo que se sostiene en los puntos que conforman la nueva ley son los oligopolios que conforman la corporación multimediática. El mismo Frank La Rue, relator especial de la ONU para la libertad de expresión y de opinión, defendió la nueva ley y sostuvo que representa "un avance en América Latina frente a la progresiva concentración de medios".

Por todo esto, creemos que sería positivo que en vuestro periódico se realice alguna aclaración con respecto a lo dicho por el Diputado Fernando Iglesias. No hace falta que les recordemos que, para quien hubo sido vuestro fundador, la cuestión de los medios de comunicación y los intereses a los que estos responden eran algo fundamental. Para Gramsci, la democratización política implicaba una democratización cultural, y, precisamente, es a esto último a lo que apunta la nueva ley de medios.

Un saludo Cordial.

Edgardo Pablo Bergna
D.N.I. 13.266.946

Maximiliano Basilio Cladakis.
D.N.I. 27535736

A continuación, publicamos, en castellano, la nota completa que motivo nuestra carta

Leyes ad hoc y tv: en la Argentina Kirchner estudia para ser Caimano
di Fernando A. Iglesias
Eran los años ochenta. Trabajaba yo en Potenza y tenía un amigo que a cada absurdidad de la política italiana decía, con expresión desencantada, «querido amigo mío, acá, vamos a terminar como en la Argentina». Parece que ya estamos. Sin lugar a dudas no por el nivel, inalcanzable hoy en Europa, de subdesarrollo y pobreza que los argentinos logramos auto-administrarnos. Sí, en cambio, por el deterioro y la corrupción de la política que – si nos fijamos en la trayectoria argentina – no anuncia nada bueno para Italia. Como si las escenas de berlusconismo explícito que los diarios traen cada día a mi Buenos Aires no fueran suficiente, leyendo a Luigi de Magistris en “l’Unitá” de estos días encuentro descripciones que parecen hechas para la Argentina de los Kirchner. Pero tal vez la coincidencia entre el populismo derechista de Berlusconi y el izquierdista de los Kirchner es la más inesperada: la nueva ley de medios audiovisuales que los Kirchner están intentando hacer aprobar antes de que la mayoría en el Congreso argentino cambie en diciembre después de su derrota del 28 de junio (sí, en la Argentina es posible adelantar las elecciones de seis meses si te resulta conveniente para intentar ganar aunque después te toque una linda derrota y el país tenga que quedarse durante medio año con un Parlamento que no se corresponde con los votos ya expresados). La ley presentada, che menta la expresión «Poder Ejecutivo» 31 veces pero no usa nunca, ni siquiera una vez, las voces «Congreso», «Parlamento «oposición», merece la creación de una nueva categoría política: el kirchnoberlusconismo.

El kirchnoberlusconismo se define por la ambición, sino la capacidad, di hacer pasar como «la realidad» un horrendo flujo de vulgaridad y mentiras creadas y distribuidas por una cadena público-privada de medios subordinados al régimen político. Autoridad de aplicación y comisiones bicamerales en mano de la mayoría, fiadores elegidos por el Ejecutivo, medios publicos usados como agencias de propaganda gubernamental, empresarios amigos del poder que compran diarios y radios como si fuesen caramelos y se ponen inmediatamente a expulsar los periodistas críticos y muchás más violaciones del pluralismo dedicadas a la construcción de un monopolio mediático cuyos efectos a largo plazo sobre la política los italianos bien conocen, son la parte central del proyecto kirchnerista de estos días, defendido por algunos sectores políticos que se dicen progresistas con la excusa de la guerra contra el diario Clarín, ex socio del Gobierno.

Con el olfato de los demagogos, los Kirchner lograron traer a su bando también algunos sectores populares con una maniovra de antología: el «fútbol gratis» en la tv. Con incluso Maradona y Julio Grondona, presidente de la AFA (30 años de poderes absolutos al mando del fútbol argentino empezados en plena dictadura) aplaudiendo en la ceremonia de inauguración transmitida en directo por cadena nacional y la Presidenta Cristina Kirchner equiparando los abonos fútbol tv con la horrenda tragedia de los desaparecidos. Sólo falta Luciano Moggi y estamos nosotros también.

*Diputado argentino (Coalición Civica)

02 de Septiembre de 2009

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