El fraude: última arma de la oposición
opinión Agora...a diario 24 de Junio 2009
Maximiliano Basilio Cladakis
El fraude es el último “as” en la manga de la oposición. No hacemos referencia al fraude como acción, sino a la denuncia de fraude. Tras haber agotado todas las formas posibles de atacar al Gobierno y a sus candidatos (formas que fueron desde lo jurídico y el intento de invalidar candidaturas hasta la tan lamentable comparación del ex presidente con Hitler y con Stroessner), la oposición tiene como último recurso, tras una posible derrota en los comicios, acusar al oficialismo de fraude en las elecciones. Incluso dicen que el Gobierno mandó a imprimir boletas falsas de la oposición para ponerlas en lugar de las verdaderas, y que, tras el conteo de votos, serán tomadas como impugnaciones.
La campaña, ya antes de su inicio, apareció “ensuciada”. Y es la oposición la que la ensució. Esta bien claro que se quiere imponer un clima destituyente y las acusaciones de fraude no son sino un eslabón más en la cadena. Si a lo largo de un año y medio, no se pudo torcer la voluntad popular y esta llegase a mostrar el próximo domingo que continúa acompañando al modelo continuamente reelecto desde el 2003, el recurso que queda es quitarle legitimidad a dicho apoyo. Los grandes medios son partícipes de esto último, se evidencia en la manera en que difunden la sospecha sobre las elecciones. Por otro lado, al igual que en el conflicto con el “Campo”, están apareciendo técnicas de “baja intensidad”; es decir, cadenas de mails y mensajes de celular, advirtiendo sobre el supuesto peligro de fraude.
Si bien hablan de democracia y de república, tanto la oposición política como la mediática, lo que buscan es socavar los cimientos mismos de la democracia. A lo que apuntan es a que, en el caso de que pierdan, las elecciones sean consideradas ilegítimas. Negar la legitimidad de los comicios ha sido un mecanismo utilizado, a lo largo de nuestra historia, para avalar los golpes de estado y sus consiguientes dictaduras. La oposición es tan nefasta que no tiene ningún prurito en utilizar este tipo de medios.
opinión Agora...a diario 24 de Junio 2009
Maximiliano Basilio Cladakis
El fraude es el último “as” en la manga de la oposición. No hacemos referencia al fraude como acción, sino a la denuncia de fraude. Tras haber agotado todas las formas posibles de atacar al Gobierno y a sus candidatos (formas que fueron desde lo jurídico y el intento de invalidar candidaturas hasta la tan lamentable comparación del ex presidente con Hitler y con Stroessner), la oposición tiene como último recurso, tras una posible derrota en los comicios, acusar al oficialismo de fraude en las elecciones. Incluso dicen que el Gobierno mandó a imprimir boletas falsas de la oposición para ponerlas en lugar de las verdaderas, y que, tras el conteo de votos, serán tomadas como impugnaciones.
La campaña, ya antes de su inicio, apareció “ensuciada”. Y es la oposición la que la ensució. Esta bien claro que se quiere imponer un clima destituyente y las acusaciones de fraude no son sino un eslabón más en la cadena. Si a lo largo de un año y medio, no se pudo torcer la voluntad popular y esta llegase a mostrar el próximo domingo que continúa acompañando al modelo continuamente reelecto desde el 2003, el recurso que queda es quitarle legitimidad a dicho apoyo. Los grandes medios son partícipes de esto último, se evidencia en la manera en que difunden la sospecha sobre las elecciones. Por otro lado, al igual que en el conflicto con el “Campo”, están apareciendo técnicas de “baja intensidad”; es decir, cadenas de mails y mensajes de celular, advirtiendo sobre el supuesto peligro de fraude.
Si bien hablan de democracia y de república, tanto la oposición política como la mediática, lo que buscan es socavar los cimientos mismos de la democracia. A lo que apuntan es a que, en el caso de que pierdan, las elecciones sean consideradas ilegítimas. Negar la legitimidad de los comicios ha sido un mecanismo utilizado, a lo largo de nuestra historia, para avalar los golpes de estado y sus consiguientes dictaduras. La oposición es tan nefasta que no tiene ningún prurito en utilizar este tipo de medios.
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