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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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lunes, 10 de julio de 2017

Siendo ciudadanos

opinión. Agora...a diario 10/07/2017




Maximiliano Basilio Cladakis

El filósofo francés Etiene Balibar realiza una interpretación del concepto de “ciudadanía” sumamente enriquecedora para el pensamiento político contemporáneo. El autor trasciende las connotaciones liberales e, incluso, antipolíticas que, muchas veces, envuelven al término y lo instituye como un elemento clave de la praxis política de las últimas décadas. El autor comprende, incluso, que el ejercicio de la ciudadanía es uno de los centros de resistencia a la dominación neoliberal.

Balibar observa, pues, un antagonismo entre “ciudadanía” y “neoliberalismo” ya que, mientras el primero se refiere al ejercicio de derechos llevado a cabo por subjetividades políticas enmarcadas en un sistema democrático, el neoliberalismo es un sistema de cercenamiento de derechos. En este sentido, se pone de manifiesto la forma en que el neoliberalismo lleva al extremo la tensión que existe entre democracia y liberalismo. El liberalismo, en su faceta neoliberal, tiende a la supresión fáctica de derechos de los sectores mayoritarios de la población, lo que conduce a una esclerotización de la democracia, a la transformación de esta última en un mero modelo formal, a su muerte espiritual. Es la ciudadanía, como práctica concreta, la que, frente a los poderes corporativos que rigen el sistema neoliberal, debe democratizar la democracia.

Lo escrito por Balibar tiene una importante relevancia para pensar nuestro horizonte político actual y posibles prácticas que dejen entrever otros horizontes alternativos. La instauración y consolidación de un sistema neoliberal en nuestro país ha llevado a un vertiginoso cercenamiento de derechos (económicos, educativos, sanitarios, culturales, etc.) que tiene como correlato una especie de desdemocratización de la democracia. La ciudadanía se reconfigura, entonces, como el hacer que debe evitar la clausura de la democracia en tanto relación efectiva entre las subjetividades que constituyen una comunidad. Es decir, es tarea de la ciudadanía evitar que la democracia quede transformada en una mera letra muerta.

Desde esta perspectiva, la ciudadanía no debe ser pensada desde la lógica de un ser “ya hecho”. Por el contrario, la ciudadanía es un estar siendo: la ciudadanía “es” en tanto se despliega como una acción dialéctica donde se resiste a la dominación neoliberal y se buscan defender, consolidar y extender derechos particulares y comunitarios.

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