Ágoraa diario la arena política

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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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jueves, 13 de abril de 2017

La Patria dibujada

opinión. Agora...a diario 13/04/2017

Leandro Pena



Desde hace un tiempo brota en nuestra Ciudad de Buenos Aires y se expande a cada rincón de nuestro país una suerte de huracán. Un aire frío y devorador que recorre cada uno de los diversos climas y coloridos paisajes y cada uno de los estratos sociales de nuestra Patria. Un viento helado que proviene de la palabra vacía de hombres acaudalados. Sin duda, que el caudal que abunda es como un viento impetuoso que se lleva todo pero que en sí mismo no tiene un contenido sustancial.

¿Cómo puede ser qué con tan poco contenido este viento se lleve tanto?

Se lleva la dignidad de los más humildes revestida en el rostro de una injusta política presa del Norte. Se lleva los derechos de los trabajadores de los pozos petroleros de la cruz del Sur. Aminora las posibilidades de producción textil tanto del Este como del Oeste. Un recorrido que dibuja una señal de la cruz. Casi una sepultura. Casi una despedida. Casi un amén. En este signo sepulcral de despedida, en este epitafio silencioso que el viento como una mano dibuja una señal de la cruz, lo que muere, lo que se sepulta, es la figura del otro. Se trata, ni más, ni menos, que la aniquilación de las posibilidades del otro en desmedro de la propia. La expropiación de los derechos y posibilidades propias en beneficios de pocos. Casi un déjà vu de la parodia sicopática en tiempos de dictadura. No es, ni más ni menos, que la comprensión de una Patria empobrecida y subjetivada, de una patria unipersonal, de una patria en definitiva vacía, por que le falta ni más ni menos que los otros.

Los otros, aquellos que el viento sopla con su palabra – espada de oro filosa- salen, gritan, escriben, piensan, mientras las vallas, los escudos, los palos, los gases, los tanques de agua ,como huracanes de una espada palabra que sin mirar a quien y cómo: busca atizar, despojar y convertir en cenizas sus sueños.

Nuestros sueños.

El sueño de lo que parece imposible.

El neoliberalismo, como instancia que no supera el concepto de lo subjetivo o como un momento que no comprende otro momento, el de los otros, se ha convertido en ese viento espeso, oscuro, que arrasa: la educación, el trabajo , la salud de los sectores mas humildes y las condiciones y posibilidades de nuestros jóvenes y también el merecido bienestar de nuestros viejos. Claro está, que no se trata de un viento que es producto de un juego de temperaturas proveniente de los mares, donde lo anticiclónico está en constante lucha con el juego de temperatura de la tierra y el océano. Sino más bien, que este viento frío nace del agujero negro y oscuro de donde emergen todos los sonidos y sentidos de nuestras sílabas. De la boca de sus autores: los que nos gobiernan. Cuyos bailes y globos aparecen al son de unas máscaras – siempre sonrientes- y con voces suaves, casi pueriles, que continúan avizorando un futuro mejor bajo el dibujo sepultural de una cruz territorial, casualmente o no, en tiempos de la milenaria fiesta pascual que retumba en Occidente y también en nuestra lastimada Patria..






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