Maximiliano Basilio Cladakis
Edgardo Pablo Bergna
opinión. Agora...a diario 02/04/2015
En noviembre de 2010 se publicó en este medio
el texto “En soberanía nacional y Derechos humanos” escrito a partir del
discurso de Cristina Fernández de Kirchner en la ONU. Entre los distintos
tópicos hubo uno en el que se hizo foco: “no reducir el tema de
la soberanía de las islas Malvinas a la dictadura cívico-militar”. Donde con
mucha razón, se afirma, en el texto citado, que la legitimación de los reclamos
a la soberanía es desligarlos del discurso nacionalista de derecha, esto es,
reanudar los juicios a los responsables de la dictadura cívico-militar
derogando leyes de punto final, obediencia debida é indulto sustituyendo “obediencia
debida” por debido proceso en juicio y condena a los culpables. Esto fue posible
por la decisión política de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner en
tanto que los gobiernos democráticos anteriores a estos, y posteriores a la
dictadura cívico-militar impulsaron leyes que beneficiaron a los genocidas, hasta el indulto que directamente pretendió borrar
de la memoria todo lo ocurrido. También se hace referencia al carácter
inclusivo de los gobiernos que derogaron las leyes de impunidad. La lectura
reposada y el tiempo nos hacen concluir en que la legitimidad del reclamo y
reivindicación de nuestra soberanía se sustenta en la no impunidad (a quienes
participaron, desde donde sea, con la dictadura) en política exterior
sustentada en el trabajo diplomático y con la inclusión y extensión de derechos
a miles de argentinas y argentinos, lo que está en los antípodas de quienes
quisieron recuperar Malvinas con violencia después de conculcar todos los
derechos constitucionales y organizar
uno de los mas perversos genocidios al
interior de nuestro Pueblo.
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