Maximiliano Cladakis
Ahora, la Presidenta sufre (junto a Alejandro Magno, Cesar, Napoleón, etc.) de "Síndrome de Hybris" (me niego a cambiar la "y" por la "u"). Tres Cosas para decir. Lo que Nelson Castro y la normalización médica consideran una enfermedad es, para otros, una verdad inherente a la Historia. Se llama, pues, "Síndrome de Hybris" a la supuesta patología que padecerían aquellos que se sienten interpelados por el momento histórico y a la vez representantes de este. No era sino Hegel (que no era kirchnerista y que tiene un status intelectual mayor que el de Nelson Castro) quien sostenía que, precisamente, la existencia de individuos en los que la Historia se encarnaba. También, desde una perspectiva similar, podríamos decir, junto a Sartre, que cada uno de nosotros es interpelado por la Historia, que cada uno de nosotros es representante de la Historia, que somos la encarnación de una Historia que nos tiene como protagonistas y que hacemos mediante nuestros actos. Por otro lado, además, podría señalarse, junto a El hombre mediocre de José Ingenieros, que los seres grises y mediocres catalogan como "enfermo" a quien va más allá de los límites que ellos no se atreverían jamás a cruzar. En tercer y último lugar, si es una enfermedad sentirse la encarnación de un momento histórico determinado, ¿que queda para decir de los que se afirman como "representantes de Dios en la Tierra"? Porque, convengamos, que la Historia frente a Dios es prácticamente nada. Precisamente, sentirse representante de la Historia frente a los que se "saben" representantes de Dios, es, ante todo, un gran acto de humildad.
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