Omar D. Pacino
Abrir una bolsa de basura es algo desagradable pero necesario para exponer y sacar a la luz lo que destila y se pudre en su interior... Eso mismo venimos haciendo con las estructuras de poder que nos han legado casi como algo convencional... Aunque no parezca es así, una convención es una convención y una complicidad es exactamente lo mismo y se puede ser cómplice por acción u omisión. Con la segunda opción, además, se es hipócrita. Dentro de la bolsa de basura entre los delitos de lesa humanidad se encuentran los privilegios mal habidos de las castas acomodadas desde siempre, casi como por derecho divino. Algo así como nuestra monarquía.
Sendas generaciones de parásitos que vivieron de la teta del estado a pesar de denostar en supremacía tal cuestión, incluso la palabra, a menos que los favorezca en forma pródiga y exhuberante como la cornucopia. De cualquier otra manera y en manos plebeyas se convierte en una aberración, fuego del infierno. A estas castas, conservadoras y muy poco democráticas pertenece gran parte del poder judicial, no todo. Gracias a este favoritismo hoy se cumplen una década de cautelares a favor del diario La Nación, más de tres años a favor del diario Clarín y otro compás de espera indeterminado a favor de los delincuentes de la Sociedad Rural Argentina... Mientras tanto los poderes ejecutivo y legislativo y gracias a tan irresponsable, conveniente o cómplice accionar se encuentran paralizados de llevar adelante el mandato popular. Yo voté a este gobierno, que se impuso por más del 54%, no así al poder judicial, porque a ese todavía no se lo elige democráticamente.
No voté por La Nación, muchísimo menos por Clarín. Sin embargo me siento rehén de esta mafias todopoderosas que extienden sus tentáculos por todas partes. Me considero un tipo democrático y como tal exijo que mi país sea gobernado por un gobierno democráticamente electo y no por un conglomerado de corporaciones parásitas aliadas a la dictadura y los intereses exógenos... Creo que nuestra próxima revolución debe apuntar precisamente a democratizar el poder judicial de la nación... Doy fé que desde el interior de ese poder se está militando apropiadamente. ¡Vamos carajo, ni un paso atrás!
Sendas generaciones de parásitos que vivieron de la teta del estado a pesar de denostar en supremacía tal cuestión, incluso la palabra, a menos que los favorezca en forma pródiga y exhuberante como la cornucopia. De cualquier otra manera y en manos plebeyas se convierte en una aberración, fuego del infierno. A estas castas, conservadoras y muy poco democráticas pertenece gran parte del poder judicial, no todo. Gracias a este favoritismo hoy se cumplen una década de cautelares a favor del diario La Nación, más de tres años a favor del diario Clarín y otro compás de espera indeterminado a favor de los delincuentes de la Sociedad Rural Argentina... Mientras tanto los poderes ejecutivo y legislativo y gracias a tan irresponsable, conveniente o cómplice accionar se encuentran paralizados de llevar adelante el mandato popular. Yo voté a este gobierno, que se impuso por más del 54%, no así al poder judicial, porque a ese todavía no se lo elige democráticamente.
No voté por La Nación, muchísimo menos por Clarín. Sin embargo me siento rehén de esta mafias todopoderosas que extienden sus tentáculos por todas partes. Me considero un tipo democrático y como tal exijo que mi país sea gobernado por un gobierno democráticamente electo y no por un conglomerado de corporaciones parásitas aliadas a la dictadura y los intereses exógenos... Creo que nuestra próxima revolución debe apuntar precisamente a democratizar el poder judicial de la nación... Doy fé que desde el interior de ese poder se está militando apropiadamente. ¡Vamos carajo, ni un paso atrás!
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