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Maximiliano Cladakis-Edgardo Bergna editores. Organo de opinión política de Atenea Buenos Aires. Radio Atenea y Agora Buenos Aires

Escriben: Leandro Pena Voogt-

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lunes, 8 de octubre de 2012

Un triunfo para las fuerzas populares de América Latina

opinión. Agora...a diario 08/10/2012




Maximiliano Basilio Cladakis

   Es indiscutible que las elecciones acontecidas en Venezuela han tenido (y tienen) una relevancia internacional mayúscula. Los medios de comunicación y las fuerzas políticas de varios países han seguido de manera expectante el proceso electoral de la República Bolivariana. En la Argentina, la expectativa ha sido explícita. Periódicos, radios, cadenas de televisión abierta y de cable, tanto “opositores” como “oficialistas” han hecho de estas elecciones un acontecimiento central. Así también, gran parte de las fuerzas políticas argentinas, han dado su apoyo a uno o a otro candidato. No es para menos, lo que estaba en juego en las elecciones del 7 de Octubre no era solamente el destino de Venezuela, sino, sin temor a exagerar, el de toda América Latina.

   La alternativa Chávez/Capriles es, pues, una alternativa que atraviesa a toda la región. Por un lado, Chávez expresa la continuidad y profundización del proceso de inclusión social, de integración regional y de soberanía económica y política iniciado hace más de una década. Por otro lado, Capriles representa el intento de las elites por retornar al poder político y la reinstauración de las lógicas neoliberales como lógicas hegemónicas a la hora de comprender la vida en sociedad. Está claro que los procesos que viven los distintos países en donde han alcanzado el gobierno proyectos nacional-populares tienen perfiles diferentes, identidades que se arraigan en sus historias particulares, en las características propias de cada pueblo, irreductibles unas a otras. Sin embargo, dichos procesos comparten un horizonte común y sus identidades complementarias sustentadas en sus diferencias, las cuales, en vez, de impedir la integración regional, la posibilitan y enriquecen.

    En este sentido, la posibilidad de un triunfo de Capriles que alentaban los medios hegemónicos tanto venezolanos como de los demás países latinoamericanos, hubiera implicado un avance del establishment por sobre los procesos transformadores que se están dando en América Latina. Por un lado, hubiera alentado a las fuerzas de la reacción locales, dándoles un impulso “moral”. Por otro, la alineación de Venezuela con Estados Unidos, bajo el paradigma del regreso al Consenso Washington representada tácitamente por Capriles, hubiera debilitado más que sensiblemente el proyecto de integración regional expresado en organismos tales como UNASUR y la CELAC. Sobre todo, teniendo en cuenta, más allá de la importancia del petróleo, la importancia simbólica que ha tenido la Venezuela de Chávez en estos últimos años.

   El triunfo de Chávez, por tanto, ha sido un triunfo para las fuerzas populares de América Latina. De ahí las palabras de nuestra Presidenta, a sólo instantes de saberse el resultado electoral: “Tu victoria también es la nuestra. La de América del Sur y el Caribe. Fuerza Hugo! Fuerza Venezuela! Fuerza Mercosur y Unasur!”









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